sábado, 17 de noviembre de 2012

La Dicha no es una Cosa Alegre



Fecha 9:
6 de octubre de 2012. Día nuboso en la ciudad de Córdoba. Allí, más precisamente cerca de las 16 horas en el Estadio Juan Domingo Perón del barrio de Alta Córdoba, saltó a la cancha Banfield para enfrentar al local Instituto, sabiendo que había que ganar para dejar atrás el mal trago sufrido en la fecha anterior. Con la presencia en la tribuna de quien esto escribe luego de una larga inactividad, arrancó el partido. En el inicio el partido se presentó parejo, el conjunto local intentaba monopolizar la pelota y salir jugando desde su extrema defensa, pero el conjunto banfileño presionaba bien arriba y no dejaba ningún hueco en el medio, logrando que el trámite del encuentro se tornara por momentos aburrido. La primera chance de gol neta la tuvo Pablito López para nuestro equipo con un disparo desde afuera contenido con esfuerzo por el 1 local; cinco minutos más tarde llegó la respuesta cordobesa, con un pase en profundidad para el 9 que no logró definir antes de ser atorado por Santillo. El aliento de nuestra gente era constante, y la respuesta por parte de la parcialidad local se revelaba acelerada, fiel al estilo sincopado de estas tierras. Promediando la primera parte los volantes albirrojos comenzaron a tomar el control de la zona media, y con un par de disparos lejanos llevaron peligro hacia nuestra valla, aunque por suerte nuestro guardavallas se reveló seguro ante esos intentos. Banfield inquietó con un par de corners, uno de los cuales no fue de milagro gol del Cuqui, quien remató desviado un centro perfecto desde la izquierda. Parecía que poco más iba a pasar en la primera etapa, pero a los 41' Lihué nos sacudió la modorra a todos recibiendo en mitad de cancha, encarando hacia adelante, tirándole un caño al 5, gambeteando otros 2 jugadores locales y rematando con su pierna derecha un fuerte remate que tras desviarse en un defensor se clavó cerca del palo izquierdo del arquero, a escasos 2 metros de la ubicación de quien esto les relata. Golazo, locura, todos colgados del alambrado, y una alegría impensada viendo cómo se venía desarrollando el trámite del partido. Así terminó la primera etapa, con un partido de trámite parejo en el cual Banfield había sacado la ventaja mínima gracias a una enorme jugada de su número 7.
Tras el embolante entretiempo matizado por la ingesta de un paquete de carísimos cubanitos de cancha, comenzó la segunda parte. Al minuto nomás sobrevino otra alegría para nuestro bando: recuperación en mitad de cancha, recepción de Pablito López, pelotazo largo de éste en búsqueda del Negro Chávez, error defensivo de los locales, y escapada mano a mano de nuestro número 9, quien sólo debió colocarla fuerte al segundo palo para estampar el 2-0. Al toque hubo un remate del 7 local que contuvo Santillo, pero en los siguientes diez minutos se vio lo mejor de nuestro equipo, con buenas asociaciones en ataque, toques cortos y un mediocampo rival que no la veía ni cuadrada. Tras un gol de Zamponi correctamente anulado, a los 52' Prichoda recibió solito en la puerta del área, pero su remate se fue apenas ancho por el segundo palo. Sin embargo, a partir de los once minutos nuestro equipo entró en un conformismo resultadista que influyó muy negativamente en su desempeño, y le permitió reaccionar a Instituto, que hasta ese entonces estaba groggy y perdido en la cancha. A los 56' nuestro golero debió esforzarse mucho para taparle un mano a mano en el borde izquierdo del área chica al 7 rival; y a los 59' se vino el descuento, cuando tras un rebote luego de un centro desde la derecha, el 10 cordobés la peinó al medio para la solitaria entrada del 9 que la mandó a guardar de cabeza. Luego, a los 19' un remate de un volante cordobés ingresado en el entretiempo pasó bastante cerca. El rival se nos venía al humo, y Banfield no reaccionaba... en la tribuna preveíamos lo peor. Y lo peor casi ocurre a los 69', cuando un disparo que se desvió en un defensor albiverde le quedó servido al 9 cordobés al borde del área chica para liquidar, pero Santillo se lució tapando a puro reflejo el disparo que se metía bien arriba. El dominio local era total y parecía que el empate estaba al caer, pero por suerte sobre los 75' una agresión al juez de línea por parte de la parcialidad de la Gloria provocó que el partido se interrumpiera por unos minutos, frenando así el voraz ataque que se precipitaba sobre nuestro arco. A partir de allí el Taladro se reacomodó en el campo con el ingreso de Zarif, y los ataques albirrojos cesaron. Nuestro mediocampo volvió a hacerse con el control del balón, y el trámite del juego se normalizó para que de esta forma se pudiese asegurar la victoria. Incluso pudo haber sido un resultado más abultado, pero un gran tiro libre de Iván Pérez a los 92' fue despejado brillantemente por el portero local, quien minutos antes había sufrido un durísimo choque contra el Negro Chávez. Fue final, Banfield logró hacerse fuerte en tierras cordobesas, y le regaló a su gente una esperadísima alegría, muy disfrutada por su gente que alentó sin parar y se llevó a casa los tres puntos para seguir soñando.

Fecha 10:
Tras el triunfazo en Alta Córdoba, el Taladro debía enfrentar la segunda fecha consecutiva jugando como visitante, esta vez ante Nueva Chicago en Mataderos. Al minuto se lo perdió el 10 local, pero Banfield se adueñó de la posesión de pelota y comenzó a desarrollar un ataque por los costados que lastimaba. Tras un par de buenas aproximaciones, a los 6' se lo perdió Lihué tras ganar una pelota que quedó boyando en el área y rematar increíblemente desviado; unos minutos más tarde, Silvera no logró rematar bien tras otro centro. A los 17' apareció solo Pablito López por la izquierda del área, pero la pelota le quedó altísima y su zurdazo se fue muy por encima. Promediando la etapa Chicago corrigió las falencias en la marca, ajustó las conexiones entre sus volantes y arrimó peligro a la valla banfileña, primero a los 26' con un centro desde la izquierda conectado por el 8 verdinegro que se fue cerca, y luego con dos cabezazos en el área a los 40' que por poco no terminaron en gol. Así se fue un primer tiempo entretenido, con situaciones de gol para ambos equipos, y dejando la promesa de que lo mejor estaría por venir.
Apenas empezado el segundo tiempo, un mal despeje hacia atrás del Tato Mosset dejó cara a cara con el arquero al 9 del conjunto del oeste porteño, obligando así al agarrón y consecuente penal del Tano Zamponi. El 10 verdinegro lo cambió por gol, y parecía que nuevamente, como contra Boca Unidos, el partido se iba a hacer cuesta arriba. Esta suposición pareció confirmarse cuando a los 48' el volante derecho local se escapó y quedó mano a mano con Santillo, pero su definición fue defectuosa. Parecía que las cosas se ponían negras para nuestro equipo, porque Chicago se mostraba afianzado y nuestros volantes no podían recuperar la pelota, pero por suerte nos sobrevino un afortunado golpe de suerte. A los 56', un córner desde la derecha que no pudo ser despejado por el arquero local, derivó en varios rebotes al borde del área chica que pudieron ser capitalizados por un zurdazo implacable del Negro Chávez para poner el 1-1. Y apenas dos minutos más tarde vendría la alegría mayor: nuevamente el Negro, parado de volante izquierdo, la pisó y sacó un centro milimetrico a la cabeza de Lihué, quien entrando a la carrera por el medio estampó un cabezazo precioso que se clavó en el ángulo para dejar sin respuesta al golero. El Taladro daba vuelta un partido que pintaba muy complicado, pero ahora sería cuestión de aguantar los embates de un conjunto local herido en su orgullo. A los 66', nuevamente Chávez (ya a esa altura figura del partido) se sacó de encima un defensor tras recibir un taco de Lihué y remató cruzado, pero esta vez el 1 del conjunto de Mataderos se lució para evitar el tercero. Pudo haberse puesto en tablas nuevamente el cotejo cuando a los 69', tras un córner y un cabezazo hacia arriba, el 9 local ensayó una estupenda chilena que fue bien resuelta por nuestro guardavallas sobre el primer palo. Chicago se animaba y creaba peligro: a los 72' un remate lejano de su volante central le quemó las manos a nuestro arquero (aunque en el contraataque el Negro lo dejó mano a mano a Lihué con una asistencia genial, pero nuevamente el portero local le ahogó el grito a nuestro volante derecho); un par de minutos más tarde, el número 18 del conjunto verdinegro también probó de lejos, obligando a Santillo a mandarla al córner con esfuerzo sobre su palo derecho. Ya sobre los 84', una genial maniobra del fenomenal Negro Chávez contra dos defensores terminó con un remate al segundo palo bien contenido por el portero. Tras el ingreso del Pelado Brum (en lo que significó su vuelta a las canchas tras más de seis meses de inactividad), Banfield se abroqueló atrás, y los últimos intentos a la desesperada del conjunto de Nueva Chicago no prosperaron. Ganó el Taladro su segundo partido consecutivo de visitante, y ahora ve con mejores ojos el futuro, de cara a lograr un ascenso que se presenta como imperioso.

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