lunes, 25 de febrero de 2013

Comp. 6

Qué es lo que hace que dos personas se conecten irremediablemente y para siempre? 

El hecho de haber vivido juntos una experiencia única, donde las dos almas sintieron plena felicidad por estar viviendo y sintiendo esa enorme realidad. Ese instante en el que se dan cuenta que harían cualquier cosa que el otro le pidiese por más estúpida que fuera, que darían la vida y mucho más por seguir gozando de esa plenitud en cuerpo y alma. Esas experiencias que vos y yo vivimos nos dejaron marcados de por vida, como lunares eternos pero en el alma.

Y esas cosas quedan, por muchas peleas y enojos y dramatizaciones que queden entre medio de los dos. Eso nos da, a priori, la capacidad de perdonar al otro, de aceptar su arrepentimiento y de poder dejar atrás las disputas que siempre existen y siempre existirán.


Conocer esa sola realidad me da tranquilidad para afrontar lo que viene, que seguramente no serán los mejores tiempos, pero que los superaremos si no olvidamos dar prioridad al sentimiento y la pasión.

Y si da la casualidad de que algun día nos peleamos y distanciamos, lo que no se va a disolver son los buenos recuerdos, esas cosas que nos hicieron felices simplemente por haberlas vivido, por haber logrado (al menos por un día) sacarnos de encima las preocupaciones y darnos una buena razón para sentir la vida latiendo dentro nuestro.

Quizás sea el destino, quizás no. Yo, personalmente, opino que no. Lo cierto es que cada uno de nosotros le dejó una huella interna e imborrable al otro, que ningún error ni herida va a poder borrar del todo. Hay cosas que se quedan para siempre: esa imagen, esa fragancia, esa sensación de plenitud interna, esa voz en tu cabeza que te dice que no necesitás nada, ese sentimiento de que no te hace falta nada más para vivir que esto.


Y eso es justamente lo que hace posible y plausible un futuro reencuentro. No es una cuestión de si estaba predestinado o no (aunque se enoje y no quiera aceptarlo nuestra amiga CVLP). Simplemente que dejaste un pedacito de tu alma en la otra persona, el cual te va a querer conducir irremediablemente al reencuentro... como una profecía autocumplida.

miércoles, 2 de enero de 2013

Comp. 5

En sueños lo predije y en vida lo confirmo
Estamos juntos ya
Aunque estemos con otras personas
O estemos solos
O estemos juntos con otras personas
Estamos juntos desde el momento en que nos percibimos
Y llevamos a cabo experiencias para poder recordarnos toda la vida

Qué hacer cuando uno se siente una porquería consigo mismo? Cuando uno sabe que lo único que haría por uno mismo, sería lo más fácil, de puro egoísta?

Cómo manejo mi horrible manera de ser? Cómo resuelvo mis contradicciones facilistas sin caer en el desánimo? Cómo supero la vagancia y las no ganas de progresar?

Cómo puede ser que, teniendo todas las herramientas a disposición, mi propia voluntad me siga fallando una y otra vez?

Qué hago con estas ganas de sentirte mia en lo mas profundo del alma, qué hago con la frustración de tenerte en alma pero no en cuerpo? Cómo evitar la tristeza de saber que ese "tenerte en alma" se desgasta por mis errores?

Y más importante aún, cómo logro sacarme de encima la culpa de saber que cuando me lastimo a mí mismo, al mismo tiempo lastimo a la persona que amo? (por propiedad transitiva basada en su amor hacia mí)

Preguntas que parecen no tener respuesta.

El equilibrio siempre es lo mejor, pero no lo más fácil, por ende parece no estar a mi alcance.
 
Lo peor de mi egoísmo es que no sirve para hacerme mejorar como persona, sólo está presente en las pequeñas acciones egoístas del pasar cotidiano, que son justamente las que lo visibilizan, para peor.

Y lo más horrible de todo esto, es que (sin querer queriendo) sigo tirando de la cuerda, que siempre parece resistir, pero quizás un día ya no pueda hacerlo.

Es un círculo vicioso y eterno: primero hago daño, luego me arrepiento y como muestra de conmiseración me hago daño, y eso le provoca un daño doble a ella. Porque el más fuerte siempre sufre por los dos.

Hay salida? Y si la hay, llegaré a ella?

viernes, 28 de diciembre de 2012

Feels Good to Me


Fecha 14:
Con la gran necesidad de volver al triunfo tras cuatro partidos sin lograrlo, el Taladro visitó la ciudad de Mendoza para medirse con Independiente Rivadavia. De entrada se planteó un partido parejo, con situaciones de gol por parte de ambos lados, y un olorcito a falta de gol que por suerte se rompió rápido y favorable a nuestro lado: a los 14', Leiva recibió de Lihué en 3/4 de cancha y descargó con Iván, éste la cedió a un toque al Cuqui, y éste asistió con un gran taco de primera al Negro Chávez, quien también sin pararla la clavó en el ángulo de un desesperado arquero que sólo logró rozarla. A partir de la ventaja Banfield se afianzó en el partido y controló la pelota, logrando obtener la tranquilidad necesaria para no pasar demasiados sofocones; incluso pudo haber aumentado la ventaja, pero los delanteros no estuvieron precisos. Tras un primer tiempo de sufrir el dominio visitante, el conjunto mendocino adelantó sus líneas con la premisa de matar o morir, y Banfield logró aprovechar eso. Primero despilfarró dos contraataques el Cuqui, por querer picarla displicentemente estando mano a mano con el arquero. Por suerte, la tercera fue la vencida: corrían 53' cuando Iván Pérez recibió de Leiva sobre la línea media, trasladó unos metros y le puso un pase entre líneas quirúrgico al Negro Chávez, que a pesar de quedarle la pelota atrás se las arregló para darle con la pierna menos hábil y dotarla de la fuerza y dirección justas para que el defensor que cerraba sobre la línea no pudiese llegar a salvarla. Era el 2-0, y la cosa parecía liquidada... digo parecía, porque el equipo albiverde volvió a "hacer la plancha" como sucedió con Instituto, y permitió que el conjunto de casaca azul se viniera con todo contra el arco visitante. El descuento no llegó por algún milagro divino que se empeñó en cobrarle a Independiente Rivadavia el favor de la suerte que le había permitido vencer de visitante a Huracán sin merecerlo el fin de semana anterior: nada menos que tres tiros en los postes tuvieron los locales, y otra situación que despilfarró increíblemente su 9 mano a mano en el área chica. La diosa Fortuna le sonrió al Taladro en su excursión a Mendoza, y permitió que se sumaran los tres puntos que tanta falta venían haciendo para comenzar a enderezar el rumbo.

Fecha 15:
Con la obligación de seguir escalando posiciones en el campeonato y revitalizado tras la victoria en la frontera chilena, el Taladro recibía la visita del Conurbano más profundo, Almirante Brown de Isidro Casanova. En la previa se planteaba como un partido de cuidado, y esas suposiciones parecían confirmarse cuando, apenas a los 35'' segundos de partido, en un córner metieron dos cabezazos en el área y el 2 visitante la mandó a guardar entrando por el segundo palo. 0-1, y la mano arrancaba bien jodida. A partir de ese inesperado y tempranero palo recibido, el Taladro se plantó en mitad de cancha y obligó a su rival a refugiarse cerca de su área. La primera para los nuestros la tuvo (como siempre) el Negro Chávez, con un derechazo desde una posición incómoda que el arquero mandó con los pies al córner.  Al rato lo volvió a tener Banfield con Silvera, a quien le quedó una pelota boyando al borde del área chica, pero molestado por dos rivales apenas pudo rematar débil a las manos del guardavalla del team del Oeste. Almirante Brown respondió con un tiro lejano del 7 que quedó mansito en las manos de Santillo. Sin embargo, el Taladro seguía siendo superior, y a los 33' esa diferencia quedaría plasmada en el marcador: centro de Toledo desde la derecha, fallan los dos centrales visitantes, la pelota pica dos veces en el área y le queda servida en el área chica al Cuqui, quien no tuvo más que hacer que empujarla para poner el ansiado empate. Banfield siguió pasando por arriba al equipo aurinegro, y casi encuentra el segundo cuando Iván Pérez pescó un rebote en la puerta del área y remató apenas arriba del ángulo de mano derecha del arquero. De todas formas, unos minutos más tarde lo iba a terminar encontrando cuando nuevamente Chávez a los 38' recibió el pase de Iván en el área, encaró hacia la izquierda y fusiló al arquero con un zurdazo brillante que pegó en el ángulo y se metió. Con la diferencia ya establecida, el Taladro se dedicó a monopolizar la pelota y hacer correr el tiempo frente a un rival confundidísimo que no lograba hacer pie en ningún lugar de la cancha. Así se fue la primera etapa, con un resultado justificadísimo en el trámite, pero que habría que cuidar bien para no sufrir sobresaltos.
Al comienzo de la segunda etapa casi vuelve a ocurrir lo mismo que en la primera, cuando tras una pelota parada favorable al visitante y un rebote la pelota lequedó al 9, pero su cabezazo dentro del área fue flojo y cayó en las manos de nuestro golero. Banfield respondió con un disparo de Silvera que se fue cerca, y luego con un desborde de Toledo y posterior centro al segundo palo que Chávez desperdició increíblemente. El partido era entretenido, ambos equipos atacaban y brindaban un buen espectáculo. Probó desde fuera del área el elenco aurinegro y encontró las firmes manos de Santillo; quedaba evidenciado que ante la falta de ideas para generar juego, el conjunto visitante quedaba limitado a intentar sólo con remates desde lejos. El Taladro estaba muy tranquilo esperando el momento para liquidar el partido, y ese momento llegó a los 81', cuando tras una gran jugada asociada con lujos entre Broggi, el Cuqui e Iván, éste último envió el centro atrás para la aparición del Negro que le rompió el arco al guardameta de Almirante Brown para poner el definitivo 3-1. Casi convierte el cuarto Iván apareciendo por derecha y rematando bajo, aunque también podría haber llegado el descuento del equipo matancero, pero el remate del 8 fue a dar a las seguras manos de Pablo Santillo. Lo cierto es que fue final, y pese a empezar perdiendo desde el vestuario, Banfield ganó con autoridad frente a un rival que se presumía complicado.

Fecha 16:
Buscando extender la racha positiva de triunfos, el Taladro viajaba hacia el Oeste sojero de la Provincia de Buenos Aires para medirse con Douglas Haig de Pergamino. El encuentro se presentaba difícil (como todos los partidos de visitante del torneo, salvo quizás contra Deportivo Merlo), y el primer tiempo abundó en pierna fuerte, errores de los dos lados, falta de juego asociado, foules y pelotazos a la nada. El partido aburría a todos hasta que a los 29' Galarza metió la mano en el área tras un cabezazo del 7 rojinegro y el árbitro sancionó penal. Por suerte en el arco estaba nuestro gran arquero, Pablo Santillo, quien le adivinó la intención al pateador y contuvo el remate sin dar rebote arrojándose sobre su palo derecho. Poco más ocurrió en esa primera etapa, el Taladro jugaba decididamente mal, y sólo la incapacidad en ofensiva del conjunto local mantenía el partido empatado. Así se fue el primer tiempo, Banfield estaba evidentemente en un mal día y las cosas no salían, y había que agradecer que el encuentro saliese aburrido gracias a las limitaciones del equipo pergaminense.
El complemento arrancó con la misma tónica, el elenco albiverde carecía de juego en mitad de cancha, y el partido continuó siendo un bodrio. Recién a los 64' se nos sacudió la modorra a todos, cuando tras una pelota parada a favor de los locales Santillo salió mal y Brum debió despejar la bola sobre la línea cuando ya los hinchas pergaminenses gritaban el gol. El conjunto rojinegro era más y lo demostraba creando ocasiones de bastante peligro: a los 70' se filtró por la zona izquierda de la defensa banfileña el lateral derecho y su remate bajo fue tapado por nuestro guardameta; a los 77' el 8 local recibió al borde del área, enganchó para dejar desairado a Bustamante y definió por arriba. El Taladro parecía confundido y ya miraba con cierto cariño el empate, pero lo cierto es que pocos minutos después vendría una jugada que cambiaría decisivamente el rumbo del partido. A los 82', cuando parecía que poco más iba a pasar en el encuentro, se equivocó el 6 de Douglas Haig, la ganó el Negro, avanzó un par de metros y la abrió a la derecha para el recientemente ingresado Pablito López, quien ingresó al área y se la clavó en el ángulo más lejano al pobre guardavallas local que nada pudo hacer. Los pergaminenses respondieron enseguida a los 84' con un remate bajo del lateral izquierdo, que se la obsequió a la bolsa de Santillo tras entrar por sorpresa por el segundo palo. Banfield pudo haber aumentado la cuenta gracias a una proyección de Brum que terminó con un buen remate desde un ángulo exigido, pero el 1 local evitó el gol. Ganó Banfield en Pergamino sin merecerlo y aumentó la racha positiva a tres victorias seguidas.

Fecha 17:
En el último partido como local del año, el Taladro recibió a Crucero del Norte de Misiones para ampliar a 4 su racha de victorias consecutivas, hecho inédito en nuestra campaña desde hacía bastante tiempo. Banfield dominó el encuentro (de trámite deslucido y poco interesante) frente a un conjunto misionero que se vio obligado a refugiarse en su campo durante varios pasajes del primer tiempo. A los 15', un córner desde la izquierda fue jugado en corto de Iván para Lihué, quien se escapó por la raya de fondo y tras entrar al área fue derribado por el 7 del conjunto aurinaranja. Chávez se encargó de la ejecución, y con un zurdazo cruzado fortísimo y esquinado estableció el 1-0 para Banfield. Los albiverdes siguieron dominando, y a los 34' ocurrió una jugada que resultó bisagra: codazo del 3 visitante a Lihué con su consecuente expulsión, tiro libre desde la derecha ejecutado por Iván que fue a dar al pie derecho del 9 rival, quien en su intento de rechazar pifió y la metió pegadita al palo. Con el 2-0 el partido se tornó casi un trámite, el Taladro le cedió la pelota a su rival y esperó el final de la primera parte en su campo sin sufrir, esperando que Crucero se enredara con su propia impotencia ofensiva. Antes del final de la primera etapa hubo tiempo para que el juez compensase la diferencia numérica expulsando a Lihué por doble amarilla luego de un foul en mitad de cancha que no ameritaba dicha sanción.
En el segundo tiempo nada cambió, los misioneros siguieron con mayor posesión de pelota; no obstante, ello nunca se tradujo en situaciones de gol, y de hecho fue Banfield quien pudo haber aumentado la diferencia, aunque de haberse dado tal situación el marcador hubiese sido extremadamente injusto teniendo en cuenta lo que fue el desarrollo del cotejo. Lo tuvo dos veces el Negro Chávez: primero, tras recibir en el área un cambio de frente precioso de Delfino, la bajó y remató de zurda con potencia, pero la pelota se fue apenas ancha. Luego, quedó mano a mano con el arquero visitante adelantado gracias a una asistencia preciosa de Iván, pero su definición no fue precisa y posibilitó que el guardavallas del conjunto aurinaranja se repusiera y mandara la redonda al tiro de esquina. También pudo haber descontado el visitante con un zurdazo terrible del 8, que se hubiese metido en el ángulo si Santillo no hubiese volado ágilmente para salvar el gol. Lo cierto es que fue final, el conjunto auriverde cosechó su cuarto triunfo en fila y se colocó segundo en el campeonato a dos puntos del líder Olimpo, para que nuestra gente lo celebre alocadamente y le diga adiós hasta febrero al estadio Florencio Sola con la alegría que todos nos merecemos.

Fecha 18:
Con el objetivo de los 33 puntos en la primera rueda más que cumplido, el Taladro cerraba el año visitando a Ferro en (increíblemente, por decisión de vaya a saber quién en la AFA) el estadio de Chicago. La primera chance de gol vino al minuto, con un desborde del 7 local, que enganchó para adentro y remató al primer palo, forzando la buena estirada de Santillo. El Taladro respondió a los 8' con una pelota parada que le quedó boyando en el área a Galarza, aunque el arquero del conjunto blanco se la quitó de los pies cuando iba a definir; de ese córner llegó el penal, cometido por el 8 sobre Noguera, aunque Chávez lo despilfarró rematando cruzado apenas afuera. Al rato se produjeron incidentes en la parcialidad local (provocados aparentemente por barras de Chicago que arrojaron piedras a la tribuna local) los cuales tuvieron el partido detenido por casi diez minutos. A los 30' un rebote le cayó a Pablito López cerca del área, y éste remató de volea un disparo que quedó en el techo del arco de un guardavallas caballitense que nada podía hacer. Sin embargo, cuando nadie lo preveía, vino el gol de Ferro tras un contraataque donde el 7 se filtró entre los centrales y definió bien por debajo del cuerpo de Santillo que salió a achicar con algo de lentitud. Sobre el final de la primera parte Banfield dispuso de una inmejorable chance para empatar cuando Noguera cabeceó de manera brillante una pelota parada, pero el golero local logró arrojarse sobre su palo y salvar espectacularmente la caída de su arco.
El Taladro salió al segundo tiempo con más actitud y más intenciones de ataque, y tuvo la primera ocasión de riesgo con un remate lejano de Silvera que murió mansamente en las manos del uno local. Unos minutos más tarde vino la segunda, con un forzado remate de Pablito López tras una pared en el área que tuvo el mismo final que la ocasión anterior. Sin embargo, la ilusión de empatar fue asesinada a los 57', porque una pelota parada para Ferro sobre la izquierda terminó en la cabeza del 9 que venció la resistencia de Santillo. De allí en más el partido murió definitivamente, pues Banfield no volvió a meterse en partido, y el paupérrimo desempaño de su mediocampo colaboró para que los locales continuaran manejando los hilos y dejaran correr el tiempo sin sufrir sobresaltos. A los 87' cayó el tercero luego de que nuestra defensa jugara espantosamente mal al offside y el recién ingresado delantero de Ferro la mandara a guardar tras tomarse no menos de 4 segundos para definir. El conjunto albiverde fue vapuleado en su segunda visita a Mataderos (al contrario de la primera) y cierra mal un año que lo tuvo dando asco en el primer semestre y repuntando en el segundo, aunque fuera de los puestos de ascenso debido a esta derrota. Será tiempo de reflexiones y replanteos, pero lo cierto es que si nuestros jugadores claves siguen rindiendo y los dos refuerzos que traen rinden bien, somos serios candidatos a volver a Primera.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Bad Attitude



Fecha 11:
Tras hilvanar dos triunfos consecutivos como visitante por primera vez en mucho tiempo, el Taladro debía recibir una visita de riesgo, el ascendente Olimpo de Bahía Blanca, que venía peleando la punta junto a Independiente Rivadavia y Gimnasia La Plata y era hasta el momento el conjunto que más puntos había obtenido actuando fuera de casa. De entrada se planteó un partido en el cual Banfield dominaba la posesión pero carecía de profundidad, y temía adelantarse mucho por temor a exponerse a las filosas contras del veloz tridente ofensivo del conjunto aurinegro. La primera ocasión del partido fue para el conjunto visitante a los 3', cuando tras un córner desde la derecha el 2 cabeceó a las manos de Santillo. A los 12' casi se inaugura el tanteador luego de que el 7 bahiense se escapase por el medio, pero su remate bajo y fuerte desde el borde del área fue rechazado brillantemente por nuestro golero. Los nuestros respondieron a los 14' con una escapada por izquierda de Pablito López, quien tras ingresar al área enganchó para adentro y remató, aunque su disparo se fue apenas ancho por el segundo palo. A los 20' nuevamente nuestro volante izquierdo recibió cerca del área, aunque esta vez tocó rápido para la entrada en velocidad del Negro Chávez, quien mano a mano con el arquero remató fuerte aunque levemente desviado. Banfield seguía atacando y lastimando por la misma zona del campo, así que no extrañó que por allí se filtrase Iván Pérez a los 30', aunque su remate de derecha tuvo exactamente el mismo destino que los tres anteriores: el cartelito publicitario de Efectivo Sí ubicado al lado del poste de mano izquierda del arquero visitante. Olimpo respondió a los 32' con un desborde por izquierda del 9, quien enganchó para adentro y disparó suavecito a las manos de nuestro guardavallas. De allí en más el partido fue intenso pero trabado, el conjunto aurinegro corrigió las fallas en el sector derecho de su defensa, y poco más ocurrió hasta el final de la etapa.
Apenas iniciado el complemento, ocurrió un hecho inesperado y catastrófico: el 11 bahiense recibió sobre la derecha un cambio de frente y tocó rápidamente hacia el medio del área para la diagonal del 7, quien tras una increíble desconcentración de los dos centrales locales que lo dejaron completamente solo, lo fusiló a Santillo para poner el 0-1. Cuando pensábamos que no se podía tener un arranque peor, a los 52' un grave error de Zamponi en la salida le dejó la bola servida nuevamente al 7 para que se escapase contra el área y recibiera el penal por parte del propio 6 de Banfield, aunque el juez quién sabe porqué decidió ignorarlo. A los 61' se perdió el empate Mosset por no poder conectar una pelota parada que le venía servida, y a los 64' Silvera simuló un foul dentro del área que obviamente el árbitro descartó. La catástrofe iba a quedar instituida a los 66', cuando nuevamente el 7 encaró a Zamponi, le tiró un caño y éste lo tomó de la camiseta cuando entraba al área. Penal y gol del 6 bahiense, que ponía el 0-2 definitorio. No hubo ni la suerte necesaria para la remontada, porque un par de minutos más tarde Lihué armó una jugada genial, encerrado contra el banderín del córner por dos rivales logró escapar y le puso el centro en la cabeza al Negro, quien remató al palo. Cuando no hay suerte en partidos como éste es probable que te goleen, y así pareció ser porque a los 76' otra vez el 7 hizo lo que quiso por derecha, se metió al área y tocó al medio para que el 9 sólo tuviese que empujarla. Lapidario 0-3 final en un partido que no merecía ese resultado de ninguna manera, y que sólo se da cuando vos no embocás ninguna y el rival mete todas.

Fecha 1 (postergado):
Entresemana el Taladro viajó al Norte argentino para disputar el partido que tenía pendiente de la primera fecha, contra Gimnasia en Jujuy. Se preveía un partido muy complicado, ya que hasta ese momento los jujeños no habían sufrido ninguna derrota en casa y venían en alza. La primera ocasión de gol fue para Banfield a los 5', con una pelota parada que no pudo ser bien conectada por nuestros atacantes y acabó en las manos del arquero local. Poco más había  ocurrido hasta que a los 15', luego de un lateral lanzado al área del conjunto albiverde, el juez sancionó un inexistente penal del debutante central izquierdo Noguera sobre el 9 de casaca azul. El 11 se encargó de mandarla al fondo de la red para establecer el injusto 1-0 parcial. A los 20' casi cae el segundo tras un córner, pero el debutante Ferreyra (quien había entrado hacía pocos minutos por lesión de Santillo) logró evitar el gol olímpico. A los 30' respondió nuestro equipo con una buena jugada del Negro Chávez, quien entrando desde la izquierda hacia el medio cedió para un furibundo remate de Delfino que no entró por el segundo palo de milagro. De allí en más fue todo de Gimnasia, que creó varias situaciones como para aumentar las cifras: a los 31', un buen pase filtrado de su volante izquierdo le cayó al 11, cuyo disparo pegó en la parte externa de la red; a los 35', se escapó el otro delantero por la misma zona, pero su débil remate terminó en las manos del arquero; cinco minutos más tarde, nuevamente el 11 cabeceó un centro del 10 desde la izquierda, aunque nuevamente fue a dar a los guantes de Ferreyra; a los 43' el 9 disparó desviado desde un ángulo cerrado; a los 45' un centro desde la derecha no logró ser bien conectado por los jugadores ofensivos del conjunto jujeño; y sobre los 49' otra vez el 9 remató desde una posición difícil, aunque el tiro se fue no demasiado lejos del ángulo izquierdo de nuestro golero. El primer tiempo de Banfield no había sido nada bueno, y aunque podría no haberse ido perdiendo, tampoco hubiera sido descabellado que le hubieran convertido más goles, de modo que quedaba la chance de mejorar para el segundo y remontar la cosa.
Sin embargo, nada de eso ocurrió, y a los 48' se empezó a liquidar el asunto. El 7 del conjunto local se escapó por derecha y mandó el centro al medio para que el 11 defina; éste pifió, pero el rebote le quedó servido en el borde del área chica al 9, quien la mandó a guardar sin demasiado inconveniente. El partido parecía liquidado, pero Banfield no se iba a rendir tan fácil, aunque quedaba desbalanceado en defensa y se exponía a ser goleado. Un par de minutos más tarde pudo haber caído el descuento cuando luego de un pelotazo aislado, el Negro Chávez la guapeó contra los centrales y quedó mano a mano, pero, incómodo y con la pierna menos hábil, terminó tirando la pelota por arriba. Un minuto más tarde lo tuvo Leiva con un zurdazo lejano que terminó en las manos del arquero. A los 53' por fin cayó el merecido descuento, con un envío desde el córner derecho que fue magníficamente cabeceado por el pibe Noguera; el Taladro se ponía a tiro, pero habría que ver si le daba la nafta para conseguir un empate que se preveía milagroso. El Lobo jujeño respondió a los 60' con un remate del 10 al cuerpo del arquero, y un ratito más tarde con un zurdazo de primera del 8 que también quedó en los guantes de nuestro guardavallas. A los 73' se lo perdió Lihué, tras elevar demasiado un furibundo remate desde lejos; y a los 76' se lo perdió el recién ingresado delantero del conjunto local, quien quedó mano a mano y la tiró afuera. El partido era de ida y vuelta y podía llegar el gol para cualquiera de los dos, aunque Gimnasia era el que estaba un poco más cerca, producto de la desprotección de la defensa visitante ante el adelantamiento de sus líneas. A los 85' otro jugador local que había entrado en el segundo tiempo remató alto desde el borde del área; y la última fue para Banfield, cuando a los 93' un centro hermoso de Iván Pérez encontró a Noguera solito en posición de 9, pero su media tijera se fue muy por arriba. Perdió nuevamente Banfield, aunque sin merecerlo del todo y en una cancha complicada, aunque cuatro días más tarde, en la misma zona geográfica de la Argentina pero en otra ciudad, podría haber revancha.

Fecha 12:
Con la sangre en el ojo por la derrota en Jujuy, Banfield se quedó en el Norte de nuestro país y viajó unos pocos kilómetros hacia el sur, para visitar Tucumán y enfrentarse a Atlético. De entrada pudo haberse puesto en ventaja Banfield, primero con una pelota parada desde la izquierda que nadie llegó a conectar y acabó en las manos del arquero, y luego cuando un error en el despeje del arquero tucumano (nada menos que nuestro archiconocido Laucha Lucchetti) posibilitó que Silvera remate desde lejos con el arco libre, pero su zurdazo se fue cerca. También lo tuvo Noguera a los 5' tras otra pelota parada, aunque su cabezazo fue débil y no llevó demasiado peligro. Atlético respondió a los 8' con un tiro libre desde la derecha del 7 que dio en la parte de afuera de la red. Luego de un disparo al arco de un jugador tucumano sin demasiadas consecuencias, Chávez se escapó entre los centrales a los 28' y quedó mano a mano con el arquero, pero el gol le fue ahogado en primera instancia por el golero y luego (tras quedarle la pelota en perfecta posición para embocarla de cabeza) por el techo de la red. Un par de minutos más tarde, y cuando nadie lo preveía, se filtró por el medio de la defensa banfileña el 10 del conjunto tucumano, quien con un derechazo furibundo la clavó bien arriba. Atlético Tucumán se ponía en ventaja sin merecerlo, y parecía que se venía otra noche fatídica para el Taladro. Sin embargo, cinco minutos más tarde las cosas volvieron a quedar en tablas: un rebote que no pudo ser capitalizado por el Negro le cayó a Iván Pérez, quien con un zurdazo suave y delicioso la puso en la ratonera para establecer el empate. Enseguida respondió el conjunto local, con un terrible fierrazo de zurda y volea del 7, despejado magníficamente por nuestro debutante arquero (el 3ro en tres fechas) Germán Caffa. Así se fue la primera parte, con un empate que le caía bien al partido por lo demostrado por ambos equipos.
El segundo tiempo empezó con una tónica clara: Banfield esperando, conforme con el resultado, y los tucumanos con la posesión de la pelota y atacando, pero sin ideas. Recién a los 58' ocurrió la primera situación de peligro, con un remate lejano del 8 albiceleste que fue a dar a las manos de Caffa; y a los 68', otro lejano remate del 7 tucumano se fue bastante lejos. Nuevamente a los 73' inquietó el local, con un córner débilmente cabeceado por el 2 que cayó mansamente en la bolsa de nuestro arquero; un par de minutos más tarde, el otro defensor tucumano cabeceó en inmejorable posición, aunque la mandó muy lejos. A los 82', el DT local hizo ingresar otro delantero, quien asustó a más de un corazón banfileño con un derechazo desde el borde del área que se fue apenas desviado. Recién a los 89' volvió a llegar Banfield, con un remate lejano y sin fuerza del ingresado Tito Noir que atrapó mansamente el golero local,: y un minuto más tarde el propio Noir quedó solo contra el arquero tras una contra bien ejecutada, pero se enredó solo y se la quitaron. Así se fue el partido, Banfield se quedó conforme con el empate, que por lo menos sirvió para salir de perdedor, aunque lo cierto es que la punta del torneo quedó a lejanos ocho puntos de distancia.

Fecha 13:
Con la obligación de ganar para no seguir perdiéndole pisada a los puestos de ascenso, el Taladro recibió a Patronato de Paraná. La primera chance del encuentro fue para le conjunto visitante, con un remate de su número 11 que se fue muy por encima tras una jugada preparada. Cuatro minutos más tarde, desde la misma posición, otro tiro libre fue ejecutado brillantemente por el 9 rojinegro, aunque por suerte su remate salió apenas desviado sobre el primer palo. Al rato respondió Banfield con un zurdazo furibundo de Chávez desde una posición muy cerrada que se fue cerca, y luego con un remate de fuera del área de Lihué que se fue apenas alto. La más clara del partido para Banfield llegó a los 31', con una escapada de Chávez por izquierda y un fierrazo temible del propio Negro que sacudió el palo; el rebote le cayó a Noir, pero su definición fue al bulto y la pelota se fue al córner. A los 37', Noir le filtró un muy buen pase al Negro, pero su remate cruzado y bajo fue retenido impecablemente por el golero visitante. Todo era de Banfield. Un rato más tarde, Lihué desbordó y el Negro no llegó a conectar antes de que un defensor paranaense la rechazara; y sobre los 41', un espectacular zurdazo colocado de Iván Pérez fue desviado in extremis por el guardavallas rojinegro, que a esa altura ya era la figura indiscutida del encuentro. De ese mismo córner llegó otra ocasión de peligro, pero el Negro no logró empujarla en el segundo palo tras la peinada de Noguera. Y con el tiempo cumplido, otro córner fue nuevamente cabeceado por el segundo central banfileño, pero el balón se fue apenas alto; un minuto después, el que cabeceó entrando por el segundo palo tras un centro de Lihué fue Iván Pérez, pero la pelota fue a morir mansita en los guantes del golero. Así se fue el primer tiempo, con un Banfield que había sido muchísimo más que su rival, pero que no había logrado concretar ninguna de todas las chances que había creado.
Para el segundo tiempo se esperaba más de lo mismo, y así fue pero no con tanto énfasis, puesto que el agobiante calro de la tarde se hacía sentir en el físico de los jugadores, que ya no podían presionar tan bien como antes. Al igual que en la primera parte, en el comienzo de la segunda etapa prevaleció el conjunto visitante, que contó con dos chances para desnivelar: primero quedó mano a mano el delantero recién ingresado, pero remató muy alto; y luego con un remate lejano del 5 que se fue cerca. El partido se volvió por momentos soporífero, debido al insistente calor y las pocas ganas de jugar del conjunto visitante, y así se fue diluyendo en el aburrimiento el segundo tiempo. Banfield contó con un par de minutos de furia, entre los 79' y los 82', en donde dispuso de no menos de cuatro ocasiones claras: en primer lugar, una guapeada del Negro por izquierda que despejó bien el guardameta paranaense en el primer palo; de ese córner, Noguera se la bajó a Lihué, pero el portero increíblemente le ahogó el gol a puro reflejo y velocidad de piernas; de ese siguiente tiro de esquina, volvió a ganar de arriba Noguera, pero nuevamente el golero visitante la sacó por arriba; y ya en la última, de nuevo Noguera llegó a cabecear, aunque esta vez muy incómodo y muy lejos del arco. Pero ya no había más energías, y el partido se fue apagando, como una vela adentro de un vaso boca abajo. La última del partido fue para Patronato, aunque el disparo de uno de sus volantes se fue muy arriba y no llevó prácticamente peligro al arco banfileño. Fue empate nomás, Banfield mereció muchísimo más, pero se topó con sus propias limitaciones a la hora de definir y con una tarde brillante del arquero rival.

sábado, 17 de noviembre de 2012

La Dicha no es una Cosa Alegre



Fecha 9:
6 de octubre de 2012. Día nuboso en la ciudad de Córdoba. Allí, más precisamente cerca de las 16 horas en el Estadio Juan Domingo Perón del barrio de Alta Córdoba, saltó a la cancha Banfield para enfrentar al local Instituto, sabiendo que había que ganar para dejar atrás el mal trago sufrido en la fecha anterior. Con la presencia en la tribuna de quien esto escribe luego de una larga inactividad, arrancó el partido. En el inicio el partido se presentó parejo, el conjunto local intentaba monopolizar la pelota y salir jugando desde su extrema defensa, pero el conjunto banfileño presionaba bien arriba y no dejaba ningún hueco en el medio, logrando que el trámite del encuentro se tornara por momentos aburrido. La primera chance de gol neta la tuvo Pablito López para nuestro equipo con un disparo desde afuera contenido con esfuerzo por el 1 local; cinco minutos más tarde llegó la respuesta cordobesa, con un pase en profundidad para el 9 que no logró definir antes de ser atorado por Santillo. El aliento de nuestra gente era constante, y la respuesta por parte de la parcialidad local se revelaba acelerada, fiel al estilo sincopado de estas tierras. Promediando la primera parte los volantes albirrojos comenzaron a tomar el control de la zona media, y con un par de disparos lejanos llevaron peligro hacia nuestra valla, aunque por suerte nuestro guardavallas se reveló seguro ante esos intentos. Banfield inquietó con un par de corners, uno de los cuales no fue de milagro gol del Cuqui, quien remató desviado un centro perfecto desde la izquierda. Parecía que poco más iba a pasar en la primera etapa, pero a los 41' Lihué nos sacudió la modorra a todos recibiendo en mitad de cancha, encarando hacia adelante, tirándole un caño al 5, gambeteando otros 2 jugadores locales y rematando con su pierna derecha un fuerte remate que tras desviarse en un defensor se clavó cerca del palo izquierdo del arquero, a escasos 2 metros de la ubicación de quien esto les relata. Golazo, locura, todos colgados del alambrado, y una alegría impensada viendo cómo se venía desarrollando el trámite del partido. Así terminó la primera etapa, con un partido de trámite parejo en el cual Banfield había sacado la ventaja mínima gracias a una enorme jugada de su número 7.
Tras el embolante entretiempo matizado por la ingesta de un paquete de carísimos cubanitos de cancha, comenzó la segunda parte. Al minuto nomás sobrevino otra alegría para nuestro bando: recuperación en mitad de cancha, recepción de Pablito López, pelotazo largo de éste en búsqueda del Negro Chávez, error defensivo de los locales, y escapada mano a mano de nuestro número 9, quien sólo debió colocarla fuerte al segundo palo para estampar el 2-0. Al toque hubo un remate del 7 local que contuvo Santillo, pero en los siguientes diez minutos se vio lo mejor de nuestro equipo, con buenas asociaciones en ataque, toques cortos y un mediocampo rival que no la veía ni cuadrada. Tras un gol de Zamponi correctamente anulado, a los 52' Prichoda recibió solito en la puerta del área, pero su remate se fue apenas ancho por el segundo palo. Sin embargo, a partir de los once minutos nuestro equipo entró en un conformismo resultadista que influyó muy negativamente en su desempeño, y le permitió reaccionar a Instituto, que hasta ese entonces estaba groggy y perdido en la cancha. A los 56' nuestro golero debió esforzarse mucho para taparle un mano a mano en el borde izquierdo del área chica al 7 rival; y a los 59' se vino el descuento, cuando tras un rebote luego de un centro desde la derecha, el 10 cordobés la peinó al medio para la solitaria entrada del 9 que la mandó a guardar de cabeza. Luego, a los 19' un remate de un volante cordobés ingresado en el entretiempo pasó bastante cerca. El rival se nos venía al humo, y Banfield no reaccionaba... en la tribuna preveíamos lo peor. Y lo peor casi ocurre a los 69', cuando un disparo que se desvió en un defensor albiverde le quedó servido al 9 cordobés al borde del área chica para liquidar, pero Santillo se lució tapando a puro reflejo el disparo que se metía bien arriba. El dominio local era total y parecía que el empate estaba al caer, pero por suerte sobre los 75' una agresión al juez de línea por parte de la parcialidad de la Gloria provocó que el partido se interrumpiera por unos minutos, frenando así el voraz ataque que se precipitaba sobre nuestro arco. A partir de allí el Taladro se reacomodó en el campo con el ingreso de Zarif, y los ataques albirrojos cesaron. Nuestro mediocampo volvió a hacerse con el control del balón, y el trámite del juego se normalizó para que de esta forma se pudiese asegurar la victoria. Incluso pudo haber sido un resultado más abultado, pero un gran tiro libre de Iván Pérez a los 92' fue despejado brillantemente por el portero local, quien minutos antes había sufrido un durísimo choque contra el Negro Chávez. Fue final, Banfield logró hacerse fuerte en tierras cordobesas, y le regaló a su gente una esperadísima alegría, muy disfrutada por su gente que alentó sin parar y se llevó a casa los tres puntos para seguir soñando.

Fecha 10:
Tras el triunfazo en Alta Córdoba, el Taladro debía enfrentar la segunda fecha consecutiva jugando como visitante, esta vez ante Nueva Chicago en Mataderos. Al minuto se lo perdió el 10 local, pero Banfield se adueñó de la posesión de pelota y comenzó a desarrollar un ataque por los costados que lastimaba. Tras un par de buenas aproximaciones, a los 6' se lo perdió Lihué tras ganar una pelota que quedó boyando en el área y rematar increíblemente desviado; unos minutos más tarde, Silvera no logró rematar bien tras otro centro. A los 17' apareció solo Pablito López por la izquierda del área, pero la pelota le quedó altísima y su zurdazo se fue muy por encima. Promediando la etapa Chicago corrigió las falencias en la marca, ajustó las conexiones entre sus volantes y arrimó peligro a la valla banfileña, primero a los 26' con un centro desde la izquierda conectado por el 8 verdinegro que se fue cerca, y luego con dos cabezazos en el área a los 40' que por poco no terminaron en gol. Así se fue un primer tiempo entretenido, con situaciones de gol para ambos equipos, y dejando la promesa de que lo mejor estaría por venir.
Apenas empezado el segundo tiempo, un mal despeje hacia atrás del Tato Mosset dejó cara a cara con el arquero al 9 del conjunto del oeste porteño, obligando así al agarrón y consecuente penal del Tano Zamponi. El 10 verdinegro lo cambió por gol, y parecía que nuevamente, como contra Boca Unidos, el partido se iba a hacer cuesta arriba. Esta suposición pareció confirmarse cuando a los 48' el volante derecho local se escapó y quedó mano a mano con Santillo, pero su definición fue defectuosa. Parecía que las cosas se ponían negras para nuestro equipo, porque Chicago se mostraba afianzado y nuestros volantes no podían recuperar la pelota, pero por suerte nos sobrevino un afortunado golpe de suerte. A los 56', un córner desde la derecha que no pudo ser despejado por el arquero local, derivó en varios rebotes al borde del área chica que pudieron ser capitalizados por un zurdazo implacable del Negro Chávez para poner el 1-1. Y apenas dos minutos más tarde vendría la alegría mayor: nuevamente el Negro, parado de volante izquierdo, la pisó y sacó un centro milimetrico a la cabeza de Lihué, quien entrando a la carrera por el medio estampó un cabezazo precioso que se clavó en el ángulo para dejar sin respuesta al golero. El Taladro daba vuelta un partido que pintaba muy complicado, pero ahora sería cuestión de aguantar los embates de un conjunto local herido en su orgullo. A los 66', nuevamente Chávez (ya a esa altura figura del partido) se sacó de encima un defensor tras recibir un taco de Lihué y remató cruzado, pero esta vez el 1 del conjunto de Mataderos se lució para evitar el tercero. Pudo haberse puesto en tablas nuevamente el cotejo cuando a los 69', tras un córner y un cabezazo hacia arriba, el 9 local ensayó una estupenda chilena que fue bien resuelta por nuestro guardavallas sobre el primer palo. Chicago se animaba y creaba peligro: a los 72' un remate lejano de su volante central le quemó las manos a nuestro arquero (aunque en el contraataque el Negro lo dejó mano a mano a Lihué con una asistencia genial, pero nuevamente el portero local le ahogó el grito a nuestro volante derecho); un par de minutos más tarde, el número 18 del conjunto verdinegro también probó de lejos, obligando a Santillo a mandarla al córner con esfuerzo sobre su palo derecho. Ya sobre los 84', una genial maniobra del fenomenal Negro Chávez contra dos defensores terminó con un remate al segundo palo bien contenido por el portero. Tras el ingreso del Pelado Brum (en lo que significó su vuelta a las canchas tras más de seis meses de inactividad), Banfield se abroqueló atrás, y los últimos intentos a la desesperada del conjunto de Nueva Chicago no prosperaron. Ganó el Taladro su segundo partido consecutivo de visitante, y ahora ve con mejores ojos el futuro, de cara a lograr un ascenso que se presenta como imperioso.

martes, 30 de octubre de 2012

The Irrationality of Rationality



Fecha 7:
Tras lograr hilvanar tres victorias consecutivas por primera vez en más de un año, el Taladro tenía la difícil misión de visitar la calurosa y húmeda Corrientes para enfrentarse al local Boca Unidos, que venía de cosechar su primera victoria en el torneo. El partido arrancó complicado, Banfield no hacía pie en el medio, y la presión de los volantes aurirrojos determinó que apenas a los 4 minutos el Negro Leiva perdiese una pelota en el medio que derivó en un quite limpio a 25 metros del arco del Tato Mosset sobre el atacante aurirrojo, increíblemente juzgada como foul por el juez. De ese tiro libre iba a llegar el primer gol de la tarde, ya que el 5 del conjunto local clavó un zurdazo con rosca perfecto que se clavó en el primer palo de un Santillo de lenta respuesta. Banfield sintió el golpe e intentó reaccionar, buscando desnivelar constantemente sobre la banda derecha del ataque. Así llegaron todas las situaciones de riesgo en ese primer tiempo: primero con un disparo del Turco Zarif sobre el costado derecho del área rival que se desvió en un zaguero, luego con otra escapada del propio Turco sobre el mismo sector que terminó en un zurdazo cruzado brillantemente tapado por el portero correntino, y finalmente con un centro cruzado hacia la izquierda para la aparición solitaria de Matías Díaz, quien la calzó de volea y la mandó al lateral de la red. El Taladro era más y merecía el empate, pero atrás dejaba dudas, y estuvo a punto de sufrir la segunda caída de su valla cuando el 7 aurirrojo empalmó de aire un rebote en la puerta del área que por suerte fue a parar a las firmes manos de Santillo. Sobre el final del primer tiempo, un bochazo cruzado a las espaldas de nuestros centrales dejaron mano a mano al 9 rival con nuestro arquero, pero aquél demoró la definición y, molestado por la marca, terminó enviando un tirito a las manos del portero albiverde. En el primer tiempo Banfield había merecido más, pero el gol contrario desde el vestuario y la falta de efectividad de cara al arco rival se estaban pagando muy caro.
Para el arranque del segundo tiempo, Garnero dispuso un ultraofensivo 4-2-1-3 tras la salida del Peca Galarza por lesión y Matías Díaz y los ingresos de Tito Noir y Pablito López; esta táctica se reveló inefectiva debido a que no sólo no se crearon más situaciones de riesgo sobre la valla correntina, sino que se incrementó la inseguridad defensiva. A los 53' un error en la salida permitió un zurdazo del 11 aurirrojo que fue a dar a las manos del arquero; más tarde, un mal cruce de nuestro primer central permitió que el 9 se escapara mano a mano con Santillo, pero su definición fue pésima; y finalmente, a los 69' llegó el gol luego de que el 11 local filtrara un gran pase al vacío para la trepada del 5, cuya definición, tras ser tapada a medias por nuestro portero, rebotó en las canillas del Tato Mosset (quien completó de este modo un partido para el olvido) y fue a parar al fondo del arco. A partir de allí ya no hubo más partido, a Banfield le pesaban las piernas y no lograba generar juego, mientras que Boca Unidos se limitó a morder en el medio y ver si podía seguir aprovechando con filosos contraataques los huecos que dejaba la adelantada defensa visitante. Lo único que logró producir el Taladro de allí hasta el final fue un derechazo lejano del Cuqui Silvera bien despejado por el 1 local, una peinada del Negro Chávez tras un corner que quedó en las manos del arquero, y una escapada de Noir que fue abortada en el área chica por el central correntino. También pudo verse aumentada la diferencia cuando el 9 aurirrojo definió un contragolpe perfecto con un tiro mansito a las manos de Santillo, pero lo cierto es que así se fue el partido. El Taladro perdió en su visita a Corrientes, perjudicado por la agobiante temperatura y el injusto y tempranero gol que sentenció su suerte.

Fecha 8:
Sin tiempo para lamentos y con la obligación de ganar, Banfield debía recibir por la octava fecha al Globo de Parque Patricios, que venía último en el campeonato. Ni tiempo para acomodarse tuvo nuestra gente, que ya a los doce segundos de partido se encontraba abajo en el marcador luego de que un centro desde la izquierda del 10 quemero fuera bajado por el 9 en el segundo palo para la aparición por el medio del área chica del 7, quien no tuvo más que empujarla a la red. Esto no estaba en los planes de nadie, pero había que sobreponerse y volver a demostrar en la cancha esa teórica superioridad. A los 8' llegó la primera reacción, con una escapada de Lihué por derecha, quien centró para el cabezazo del Cuqui que se fue ancho por el segundo palo; a los 11' la segunda, con un mano a mano del propio Cuqui despejado in extremis por la zaga visitante; y a los 15' la tercera, con una entrada furibunda de Chávez por el medio del área, bloqueada por el 2 albirrojo. El Globo respondió con un cabezazo del 9 que se fue apenas alto, pero el dominio del partido seguía siendo de Banfield y eso se plasmó en el marcador luego de que Chávez ganase a pura guapeza un foul al borde del área; su ejecución fue magistralmente efectuada por la prodigiosa zurda de Iván Pérez, quien la colgó del ángulo izquierdo del portero quemero para poner el 1-1. Casi vuelve a desnivelar Huracán a los 38', cuando tras un centro al área, Santillo debió extremar su esfuerzo para sacar de la ratonera una peinada del 6 visitante; un par de minutos más tarde, un error del Turco en la salida obligó a la rápida intervención de nuestro golero para quitarle la pelota al delantero rival. El primer tiempo se fue tras un zurdazo lejano de Leiva que se fue cerca del poste izquierdo; el empate era justo, pero lo cierto es que, si bien se había jugado correctamente dentro de todo, la victoria era necesaria.
El segundo tiempo comenzó con la misma tónica, Huracán replegado en su campo y apostando al contragolpe, y Banfield asumiendo la responsabilidad de atacar. A los 53' avisó el Globito con un furioso derechazo de volea del 10 que se fue apenas alto; tres minutos más tarde, nuevamente el 10 se escapó por izquierda, y su centro cruzado no llegó a ser bien conectado por el 9 que entraba por el segundo palo. El conjunto albiverde, bastante adelantado en el campo, respondió con un derechazo forzado del Negro Chávez bien contenido por el guardavalla quemero tras unos rebotes en el área. Súbitamente, a los 63' llegó la jugada que marcaría el desarrollo del partido: Chávez se escapa por izquierda, envía el centro antes de que la pelota trasponga los límites del campo, y la pelota da en el brazo extendido del ingresado lateral derecho visitante. Penal? El árbitro en ese instante no dudó en darlo, y cuando estaba poniendo la pelota en la marca de los 12 pasos fue alcanzado por un cascotazo proveniente de la tribuna visitante ubicada detrás de ese arco. Quilombo, partido demorado, vendas en la cara del juez... y cuando se reanudó el partido, de alguna imprevisible forma le avisaron al sorete de luto que la mano había sido afuera del área (estaban en lo cierto, aunque, porqué demoraron 7 minutos en tomar la decisión los jueces de línea es un interrogante imposible de responder) y el penal fue denegado. La posterior finalización de la jugada no trajo peligro salvo por un cabezazo forzado en el segundo palo, y esto (sumado al extendido parate) derrumbó anímicamente a los jugadores banfileños. Así fue que 5 minutos más tarde, a los 78', el Negro Leiva la perdió en mitad de cancha y el 9 quemero habilitó de primera al 7, quien se escapó entre los centrales y definió fuerte entre las piernas del arquero para marcar el 2 a 1. A los 83' pudo haber caído el tercero, pero Santillo tapó brillantemente un fierrazo desde fuera del área del 8 visitante; a los 86' también se lo perdió el 10 (ya a esa altura la figura del encuentro) tras una tijera de media vuelta que pasó apenas afuera del parante derecho del portero albiverde. La última fue para el Taladro, ya sobre los 96', con un centro del ingresado Tito Noir que fue peinado por Mosset apenas afuera. Fue el final, Banfield perdió un partido increíble, perjudicado por una inentendible decisión del árbitro que generó confusión y crisis en nuestro bando y que posibilitó la recuperación de un rival que hasta ese momento estaba al borde del nocaut.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Reach for the Sky


Fecha 4:
Aún con la sangre en el ojo por no haber podido traerse un resultado positivo desde La Plata, el Taladro debía enfrentar en casa por la cuarta fecha del Torneo Nacional B a otro equipo complicado como lo es Rosario Central. El partido arrancó exactamente igual que el de la semana anterior, con dos equipos luchadores que se disputaban el dominio en mitad de cancha, prestándose la pelota en numerosas ocasiones. La batalla por la supremacía en las áreas la ganaban claramente los defensores, y si a eso le sumamos la poca aparición de los número 10 de ambos equipos, nos daba como resultado un partido intenso pero aburridísimo. La primera ocasión de riesgo la tuvo Banfield tras un centro desde la izquierda de Walter Bustamante que el Cuqui cabeceó apenas afuera; cuatro minutos más tarde, el Negro Chávez apareció por izquierda y su remate fue enviado al córner por el 2 rosarino. Poco había generado el conjunto visitante en ataque (apenas una peinada del 9 a partir de una pelota parada que terminó en las manos de nuestro arquero), hasta que a los 33' vino un centro cruzado desde la derecha del ataque canalla, el Peca Galarza perdió la marca, Lihué no lo acompañó, y eso permitió que se generara el hueco necesario para la aparición del 11 auriazul, quien la empalmó con el borde externo de su botín zurdo para clavarla en la ratonera. Así se fueron al descanso, con Banfield injustamente abajo en el marcador, pero con la promesa de que había que mejorar en el juego para revertir el resultado.
La primera del segundo tiempo la tuvo en el arranque el visitante, con un disparo cruzado y débil del 10 que Pablo detuvo mansamente y sin inconvenientes. Central controlaba el partido con mucha fiereza en el medio, y lograba sacar rédito del barullo reinante hasta que a los 16' el lateral derecho se ganó la segunda amarilla por una falta sobre el Negro Andrés. Rápidamente el DT canalla introdujo un defensor para mantener la línea de 4, pero ni tiempo tuvo de acomodarse la defensa, ya que dos minutos más tarde un centro cruzado de Lihué encontró la solitaria aparición por el segundo palo del Cuqui para empujarla y decretar el empate. A partir de allí Banfield se vino con todo sobre el arco canalla, que sólo atinó a refugiarse cerca de su área a ver si podía aguantar el empate. El partido se hizo de ida y vuelta: se lo perdió Tito Noir a los 34', tras definir de zurda por arriba un mano a mano; Central respondió rápidamente con un zurdazo rasante del recién ingresado delantero número 18 que contuvo esforzadamente nuestro guardavallas. Al toque, Lihué se escapó por izquierda y envió un centro rasante al borde del área chica que los delanteros no llegaron a conectar. Y de tanto ir, el Taladro obtuvo su premio: a los 44' centro al área de Pablito López (clave en la remontada por su aporte a la generación de juego), la baja el Cuqui, define Rubén Zamponi, tapa el arquero, da en el palo, y el rebote fue capitalizado por el Negro Andrés para desatar la locura en toda la hinchada albiverde. No hubo tiempo para más, Banfield triunfó en un durísimo partido contra un rival de peso, con total justicia. Será cuestión de ir ratificando con el correr de los partidos la mejoría en el nivel de juego, pero lo cierto es que la base está, sin dudas.

Fecha 5:
Envalentonado por la primera victoria en el torneo ocurrida en la fecha anterior, la locomotora verde y blanca llegaba hasta el estadio de Almagro para enfrentar al alicaído Deportivo Merlo. Frente a un rival que se demostró voluntarioso pero limitado, el Taladro demostró que cuando se es un equipo ordenado y superior los goles llegan por decantación, y así fue como apenas a los 11', en la primera jugada de riesgo real del partido, el Taladro se puso en ventaja. Matías Díaz la recuperó en mitad de cancha y tocó para el Negro Andrés, quien la trasladó hasta posición de peligro y se la devolvió a Matías, cuyo centro de primera encontró la solitaria aparición del Cuqui en el segundo palo para mandarla a guardar con el arco vacío. El Taladro controló el trámite sin mayores inconvenientes, frente a un impotente conjunto Charro que jamás logró hacer pie en campo contrario. Sobre los 41' se lo perdió Silvera tras cabecear apenas desviado un centro de Broggi, y así se fue un aburrido primer tiempo donde el Taladro demostró su superioridad controlando bien a su rival.
El complemento continuó con la misma tónica, Merlo hacía poco para vulnerar la valla de Santillo, y el equipo del Sur esperaba en su campo la oportunidad para lanzar filosos contragolpes. Sin embargo, pudo haber llegado el empate tras un largo pelotazo que encontró la aparición del 7 del conjunto del Oeste, pero por suerte para los nuestros su volea cruzada se fue apenas ancha. El Taladro avisó con una buena jugada individual de Lihué, quien se sacó dos tipos de encima y remató de zurda desviado; y al segundo aviso no perdonó, con una fórmula muy parecida a la del primer tanto. A los 23' de la segunda etapa el Negro Andrés robó una pelota en mitad de cancha, la cual le cayó a su tocayo Silvera; el Cuqui trasladó y esperó el momento exacto para filtrarle el pase a Chávez, quien le ganó en velocidad a los centrales y definió por entre las piernas del arquero para establecer el 2-0 y partido liquidado. De allí en más el partido fue pura intrascendencia, pues Merlo se dio definitivamente por vencido y Banfield se dedicó a hacer tenencia de pelota y esperar el pitazo final, que no tardó en llegar. Nueva victoria de los muchachos de Garnero, sólidos, pacientes, y golpeando en los momentos justos para llevarse una victoria fácil de visitante contra un conjunto siempre complicado.

Fecha 6:
El ánimo ya estaba por las nubes después de las dos victorias consecutivas, y llegaba el turno de enfrentar (y de paso estrenar la casa suplente, de un bello color negro furioso) en casa al ascendente Sarmiento de Junín, circunstancial puntero del torneo tras enhebrar una buena racha de victorias. Y digo circunstancial, porque tras sólo 2 minutos de comenzado el partido ya perdía el liderazgo, pues Banfield no le dio ni chance de terminar de acomodarse en el campo antes de embocarlo. Pelotazo largo de Lihué a las espaldas del lateral izquierdo en dirección del Negro Andrés, genio y figura, quien la recibe sobre la derecha, encara a su marcador hacia adentro, y apenas ve el hueco necesario sacude al primer palo de un sorprendido guardavallas que no atinó a responder. Recién comenzaba el encuentro y Banfield ya se ponía por delante en el marcador, lo cual sin dudas condicionó el resto del trámite del cotejo. El Taladro no se quedó sólo con el gol y siguió yendo al frente, superando a un confundido conjunto visitante que intentaba raspar y jugar pero que no podía hacer pie en campo rival. Los juninenses lograron responder a los 9' con un disparo lejano del 10 que debió ser rechazado con esfuerzo por el seguro Pablo Santillo; al toque, el Negro sacudió desde afuera del área, obligando a un rebote largo del arquero que no pudo ser capitalizado por Matías, quien entraba atropellando por izquierda. Tras los primeros instantes de duda, Sarmiento con mucho huevo comenzó a imponerse progresivamente en la mitad de cancha, pero la superior calidad de los volantes del conjunto que en esta ocasión vistió de negro lograba configurar un partido trabado y sin muchas opciones de gol para ambos equipos. Recién a los 35' se sacudió la modorra, luego de que el arquero visitante le ahogara increíblemente el gol al Negro, tapando su cabezazo a quemarropa desde el borde del área chica tras un centro precioso de Matías. Sarmiento pudo haber igualado luego de que un peligroso centro desde la izquierda no llegara a ser conectado por sus delanteros, pero exceptuando estos dos ataques que describimos, prácticamente no generó peligro sobre la valla defendida por Pablo. Así se fue el primer tiempo, con una leve pero justificada superioridad local en el marco de un partido parejo y sin muchas llegadas de riesgo.
El segundo tiempo arrancó con la misma tónica, pero ya la prevalencia de Banfield por sobre el conjunto verde era más evidente. En la zona de gestación los volantes visitantes se limitaban a verla pasar, impotentes frente al monopolio de la posesión que ejercía el Taladro, mientras las situaciones de gol seguían llegando sobre el arco de los de Junín. Sobre los 10' se lo perdió el Negro, en un mano a mano bien resuelto por el portero visitante; se veía a las claras que el gol estaba al caer. Y llegó nomás; a los 18', recuperación en mitad de cancha de Cristian Leiva, toque corto a Silvera, asistencia de éste en cortada para el pique al vacío del Turco Zarif (ingresado en el primer tiempo en lugar de Lihué, quien se retiró con un fuerte golpe en el tobillo), rechazo a medias del 2 verde que dejó a mitad de camino a su arquero y posibilitó que entrara desde atrás Iván Pérez, quien de primera y con suavidad puso la pelota en el desprotegido primer palo de la valla juninense. 2-0, y la cosa estaba total y absolutamente liquidada. El resto del complemento estuvo de más, Banfield por momentos se floreó con toques y lujos, y la diferencia pudo haber sido aún más abultada si el furibundo remate del Cuqui desde fuera del área no se hubiese ido arriba por poco. Banfield ganó y gustó nuevamente, logró 3 victorias consecutivas por primera vez en un año y medio, y se puso a tiro de la punta aún debiendo su partido de la primera fecha. Y lo más importante de todo, demostró solidez, buenos rendimientos individuales y un aceitado funcionamiento colectivo que lo ponen como un serio aspirante al ascenso. Imposible no ilusionarse como hincha con este presente.