viernes, 28 de diciembre de 2012

Feels Good to Me


Fecha 14:
Con la gran necesidad de volver al triunfo tras cuatro partidos sin lograrlo, el Taladro visitó la ciudad de Mendoza para medirse con Independiente Rivadavia. De entrada se planteó un partido parejo, con situaciones de gol por parte de ambos lados, y un olorcito a falta de gol que por suerte se rompió rápido y favorable a nuestro lado: a los 14', Leiva recibió de Lihué en 3/4 de cancha y descargó con Iván, éste la cedió a un toque al Cuqui, y éste asistió con un gran taco de primera al Negro Chávez, quien también sin pararla la clavó en el ángulo de un desesperado arquero que sólo logró rozarla. A partir de la ventaja Banfield se afianzó en el partido y controló la pelota, logrando obtener la tranquilidad necesaria para no pasar demasiados sofocones; incluso pudo haber aumentado la ventaja, pero los delanteros no estuvieron precisos. Tras un primer tiempo de sufrir el dominio visitante, el conjunto mendocino adelantó sus líneas con la premisa de matar o morir, y Banfield logró aprovechar eso. Primero despilfarró dos contraataques el Cuqui, por querer picarla displicentemente estando mano a mano con el arquero. Por suerte, la tercera fue la vencida: corrían 53' cuando Iván Pérez recibió de Leiva sobre la línea media, trasladó unos metros y le puso un pase entre líneas quirúrgico al Negro Chávez, que a pesar de quedarle la pelota atrás se las arregló para darle con la pierna menos hábil y dotarla de la fuerza y dirección justas para que el defensor que cerraba sobre la línea no pudiese llegar a salvarla. Era el 2-0, y la cosa parecía liquidada... digo parecía, porque el equipo albiverde volvió a "hacer la plancha" como sucedió con Instituto, y permitió que el conjunto de casaca azul se viniera con todo contra el arco visitante. El descuento no llegó por algún milagro divino que se empeñó en cobrarle a Independiente Rivadavia el favor de la suerte que le había permitido vencer de visitante a Huracán sin merecerlo el fin de semana anterior: nada menos que tres tiros en los postes tuvieron los locales, y otra situación que despilfarró increíblemente su 9 mano a mano en el área chica. La diosa Fortuna le sonrió al Taladro en su excursión a Mendoza, y permitió que se sumaran los tres puntos que tanta falta venían haciendo para comenzar a enderezar el rumbo.

Fecha 15:
Con la obligación de seguir escalando posiciones en el campeonato y revitalizado tras la victoria en la frontera chilena, el Taladro recibía la visita del Conurbano más profundo, Almirante Brown de Isidro Casanova. En la previa se planteaba como un partido de cuidado, y esas suposiciones parecían confirmarse cuando, apenas a los 35'' segundos de partido, en un córner metieron dos cabezazos en el área y el 2 visitante la mandó a guardar entrando por el segundo palo. 0-1, y la mano arrancaba bien jodida. A partir de ese inesperado y tempranero palo recibido, el Taladro se plantó en mitad de cancha y obligó a su rival a refugiarse cerca de su área. La primera para los nuestros la tuvo (como siempre) el Negro Chávez, con un derechazo desde una posición incómoda que el arquero mandó con los pies al córner.  Al rato lo volvió a tener Banfield con Silvera, a quien le quedó una pelota boyando al borde del área chica, pero molestado por dos rivales apenas pudo rematar débil a las manos del guardavalla del team del Oeste. Almirante Brown respondió con un tiro lejano del 7 que quedó mansito en las manos de Santillo. Sin embargo, el Taladro seguía siendo superior, y a los 33' esa diferencia quedaría plasmada en el marcador: centro de Toledo desde la derecha, fallan los dos centrales visitantes, la pelota pica dos veces en el área y le queda servida en el área chica al Cuqui, quien no tuvo más que hacer que empujarla para poner el ansiado empate. Banfield siguió pasando por arriba al equipo aurinegro, y casi encuentra el segundo cuando Iván Pérez pescó un rebote en la puerta del área y remató apenas arriba del ángulo de mano derecha del arquero. De todas formas, unos minutos más tarde lo iba a terminar encontrando cuando nuevamente Chávez a los 38' recibió el pase de Iván en el área, encaró hacia la izquierda y fusiló al arquero con un zurdazo brillante que pegó en el ángulo y se metió. Con la diferencia ya establecida, el Taladro se dedicó a monopolizar la pelota y hacer correr el tiempo frente a un rival confundidísimo que no lograba hacer pie en ningún lugar de la cancha. Así se fue la primera etapa, con un resultado justificadísimo en el trámite, pero que habría que cuidar bien para no sufrir sobresaltos.
Al comienzo de la segunda etapa casi vuelve a ocurrir lo mismo que en la primera, cuando tras una pelota parada favorable al visitante y un rebote la pelota lequedó al 9, pero su cabezazo dentro del área fue flojo y cayó en las manos de nuestro golero. Banfield respondió con un disparo de Silvera que se fue cerca, y luego con un desborde de Toledo y posterior centro al segundo palo que Chávez desperdició increíblemente. El partido era entretenido, ambos equipos atacaban y brindaban un buen espectáculo. Probó desde fuera del área el elenco aurinegro y encontró las firmes manos de Santillo; quedaba evidenciado que ante la falta de ideas para generar juego, el conjunto visitante quedaba limitado a intentar sólo con remates desde lejos. El Taladro estaba muy tranquilo esperando el momento para liquidar el partido, y ese momento llegó a los 81', cuando tras una gran jugada asociada con lujos entre Broggi, el Cuqui e Iván, éste último envió el centro atrás para la aparición del Negro que le rompió el arco al guardameta de Almirante Brown para poner el definitivo 3-1. Casi convierte el cuarto Iván apareciendo por derecha y rematando bajo, aunque también podría haber llegado el descuento del equipo matancero, pero el remate del 8 fue a dar a las seguras manos de Pablo Santillo. Lo cierto es que fue final, y pese a empezar perdiendo desde el vestuario, Banfield ganó con autoridad frente a un rival que se presumía complicado.

Fecha 16:
Buscando extender la racha positiva de triunfos, el Taladro viajaba hacia el Oeste sojero de la Provincia de Buenos Aires para medirse con Douglas Haig de Pergamino. El encuentro se presentaba difícil (como todos los partidos de visitante del torneo, salvo quizás contra Deportivo Merlo), y el primer tiempo abundó en pierna fuerte, errores de los dos lados, falta de juego asociado, foules y pelotazos a la nada. El partido aburría a todos hasta que a los 29' Galarza metió la mano en el área tras un cabezazo del 7 rojinegro y el árbitro sancionó penal. Por suerte en el arco estaba nuestro gran arquero, Pablo Santillo, quien le adivinó la intención al pateador y contuvo el remate sin dar rebote arrojándose sobre su palo derecho. Poco más ocurrió en esa primera etapa, el Taladro jugaba decididamente mal, y sólo la incapacidad en ofensiva del conjunto local mantenía el partido empatado. Así se fue el primer tiempo, Banfield estaba evidentemente en un mal día y las cosas no salían, y había que agradecer que el encuentro saliese aburrido gracias a las limitaciones del equipo pergaminense.
El complemento arrancó con la misma tónica, el elenco albiverde carecía de juego en mitad de cancha, y el partido continuó siendo un bodrio. Recién a los 64' se nos sacudió la modorra a todos, cuando tras una pelota parada a favor de los locales Santillo salió mal y Brum debió despejar la bola sobre la línea cuando ya los hinchas pergaminenses gritaban el gol. El conjunto rojinegro era más y lo demostraba creando ocasiones de bastante peligro: a los 70' se filtró por la zona izquierda de la defensa banfileña el lateral derecho y su remate bajo fue tapado por nuestro guardameta; a los 77' el 8 local recibió al borde del área, enganchó para dejar desairado a Bustamante y definió por arriba. El Taladro parecía confundido y ya miraba con cierto cariño el empate, pero lo cierto es que pocos minutos después vendría una jugada que cambiaría decisivamente el rumbo del partido. A los 82', cuando parecía que poco más iba a pasar en el encuentro, se equivocó el 6 de Douglas Haig, la ganó el Negro, avanzó un par de metros y la abrió a la derecha para el recientemente ingresado Pablito López, quien ingresó al área y se la clavó en el ángulo más lejano al pobre guardavallas local que nada pudo hacer. Los pergaminenses respondieron enseguida a los 84' con un remate bajo del lateral izquierdo, que se la obsequió a la bolsa de Santillo tras entrar por sorpresa por el segundo palo. Banfield pudo haber aumentado la cuenta gracias a una proyección de Brum que terminó con un buen remate desde un ángulo exigido, pero el 1 local evitó el gol. Ganó Banfield en Pergamino sin merecerlo y aumentó la racha positiva a tres victorias seguidas.

Fecha 17:
En el último partido como local del año, el Taladro recibió a Crucero del Norte de Misiones para ampliar a 4 su racha de victorias consecutivas, hecho inédito en nuestra campaña desde hacía bastante tiempo. Banfield dominó el encuentro (de trámite deslucido y poco interesante) frente a un conjunto misionero que se vio obligado a refugiarse en su campo durante varios pasajes del primer tiempo. A los 15', un córner desde la izquierda fue jugado en corto de Iván para Lihué, quien se escapó por la raya de fondo y tras entrar al área fue derribado por el 7 del conjunto aurinaranja. Chávez se encargó de la ejecución, y con un zurdazo cruzado fortísimo y esquinado estableció el 1-0 para Banfield. Los albiverdes siguieron dominando, y a los 34' ocurrió una jugada que resultó bisagra: codazo del 3 visitante a Lihué con su consecuente expulsión, tiro libre desde la derecha ejecutado por Iván que fue a dar al pie derecho del 9 rival, quien en su intento de rechazar pifió y la metió pegadita al palo. Con el 2-0 el partido se tornó casi un trámite, el Taladro le cedió la pelota a su rival y esperó el final de la primera parte en su campo sin sufrir, esperando que Crucero se enredara con su propia impotencia ofensiva. Antes del final de la primera etapa hubo tiempo para que el juez compensase la diferencia numérica expulsando a Lihué por doble amarilla luego de un foul en mitad de cancha que no ameritaba dicha sanción.
En el segundo tiempo nada cambió, los misioneros siguieron con mayor posesión de pelota; no obstante, ello nunca se tradujo en situaciones de gol, y de hecho fue Banfield quien pudo haber aumentado la diferencia, aunque de haberse dado tal situación el marcador hubiese sido extremadamente injusto teniendo en cuenta lo que fue el desarrollo del cotejo. Lo tuvo dos veces el Negro Chávez: primero, tras recibir en el área un cambio de frente precioso de Delfino, la bajó y remató de zurda con potencia, pero la pelota se fue apenas ancha. Luego, quedó mano a mano con el arquero visitante adelantado gracias a una asistencia preciosa de Iván, pero su definición no fue precisa y posibilitó que el guardavallas del conjunto aurinaranja se repusiera y mandara la redonda al tiro de esquina. También pudo haber descontado el visitante con un zurdazo terrible del 8, que se hubiese metido en el ángulo si Santillo no hubiese volado ágilmente para salvar el gol. Lo cierto es que fue final, el conjunto auriverde cosechó su cuarto triunfo en fila y se colocó segundo en el campeonato a dos puntos del líder Olimpo, para que nuestra gente lo celebre alocadamente y le diga adiós hasta febrero al estadio Florencio Sola con la alegría que todos nos merecemos.

Fecha 18:
Con el objetivo de los 33 puntos en la primera rueda más que cumplido, el Taladro cerraba el año visitando a Ferro en (increíblemente, por decisión de vaya a saber quién en la AFA) el estadio de Chicago. La primera chance de gol vino al minuto, con un desborde del 7 local, que enganchó para adentro y remató al primer palo, forzando la buena estirada de Santillo. El Taladro respondió a los 8' con una pelota parada que le quedó boyando en el área a Galarza, aunque el arquero del conjunto blanco se la quitó de los pies cuando iba a definir; de ese córner llegó el penal, cometido por el 8 sobre Noguera, aunque Chávez lo despilfarró rematando cruzado apenas afuera. Al rato se produjeron incidentes en la parcialidad local (provocados aparentemente por barras de Chicago que arrojaron piedras a la tribuna local) los cuales tuvieron el partido detenido por casi diez minutos. A los 30' un rebote le cayó a Pablito López cerca del área, y éste remató de volea un disparo que quedó en el techo del arco de un guardavallas caballitense que nada podía hacer. Sin embargo, cuando nadie lo preveía, vino el gol de Ferro tras un contraataque donde el 7 se filtró entre los centrales y definió bien por debajo del cuerpo de Santillo que salió a achicar con algo de lentitud. Sobre el final de la primera parte Banfield dispuso de una inmejorable chance para empatar cuando Noguera cabeceó de manera brillante una pelota parada, pero el golero local logró arrojarse sobre su palo y salvar espectacularmente la caída de su arco.
El Taladro salió al segundo tiempo con más actitud y más intenciones de ataque, y tuvo la primera ocasión de riesgo con un remate lejano de Silvera que murió mansamente en las manos del uno local. Unos minutos más tarde vino la segunda, con un forzado remate de Pablito López tras una pared en el área que tuvo el mismo final que la ocasión anterior. Sin embargo, la ilusión de empatar fue asesinada a los 57', porque una pelota parada para Ferro sobre la izquierda terminó en la cabeza del 9 que venció la resistencia de Santillo. De allí en más el partido murió definitivamente, pues Banfield no volvió a meterse en partido, y el paupérrimo desempaño de su mediocampo colaboró para que los locales continuaran manejando los hilos y dejaran correr el tiempo sin sufrir sobresaltos. A los 87' cayó el tercero luego de que nuestra defensa jugara espantosamente mal al offside y el recién ingresado delantero de Ferro la mandara a guardar tras tomarse no menos de 4 segundos para definir. El conjunto albiverde fue vapuleado en su segunda visita a Mataderos (al contrario de la primera) y cierra mal un año que lo tuvo dando asco en el primer semestre y repuntando en el segundo, aunque fuera de los puestos de ascenso debido a esta derrota. Será tiempo de reflexiones y replanteos, pero lo cierto es que si nuestros jugadores claves siguen rindiendo y los dos refuerzos que traen rinden bien, somos serios candidatos a volver a Primera.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Bad Attitude



Fecha 11:
Tras hilvanar dos triunfos consecutivos como visitante por primera vez en mucho tiempo, el Taladro debía recibir una visita de riesgo, el ascendente Olimpo de Bahía Blanca, que venía peleando la punta junto a Independiente Rivadavia y Gimnasia La Plata y era hasta el momento el conjunto que más puntos había obtenido actuando fuera de casa. De entrada se planteó un partido en el cual Banfield dominaba la posesión pero carecía de profundidad, y temía adelantarse mucho por temor a exponerse a las filosas contras del veloz tridente ofensivo del conjunto aurinegro. La primera ocasión del partido fue para el conjunto visitante a los 3', cuando tras un córner desde la derecha el 2 cabeceó a las manos de Santillo. A los 12' casi se inaugura el tanteador luego de que el 7 bahiense se escapase por el medio, pero su remate bajo y fuerte desde el borde del área fue rechazado brillantemente por nuestro golero. Los nuestros respondieron a los 14' con una escapada por izquierda de Pablito López, quien tras ingresar al área enganchó para adentro y remató, aunque su disparo se fue apenas ancho por el segundo palo. A los 20' nuevamente nuestro volante izquierdo recibió cerca del área, aunque esta vez tocó rápido para la entrada en velocidad del Negro Chávez, quien mano a mano con el arquero remató fuerte aunque levemente desviado. Banfield seguía atacando y lastimando por la misma zona del campo, así que no extrañó que por allí se filtrase Iván Pérez a los 30', aunque su remate de derecha tuvo exactamente el mismo destino que los tres anteriores: el cartelito publicitario de Efectivo Sí ubicado al lado del poste de mano izquierda del arquero visitante. Olimpo respondió a los 32' con un desborde por izquierda del 9, quien enganchó para adentro y disparó suavecito a las manos de nuestro guardavallas. De allí en más el partido fue intenso pero trabado, el conjunto aurinegro corrigió las fallas en el sector derecho de su defensa, y poco más ocurrió hasta el final de la etapa.
Apenas iniciado el complemento, ocurrió un hecho inesperado y catastrófico: el 11 bahiense recibió sobre la derecha un cambio de frente y tocó rápidamente hacia el medio del área para la diagonal del 7, quien tras una increíble desconcentración de los dos centrales locales que lo dejaron completamente solo, lo fusiló a Santillo para poner el 0-1. Cuando pensábamos que no se podía tener un arranque peor, a los 52' un grave error de Zamponi en la salida le dejó la bola servida nuevamente al 7 para que se escapase contra el área y recibiera el penal por parte del propio 6 de Banfield, aunque el juez quién sabe porqué decidió ignorarlo. A los 61' se perdió el empate Mosset por no poder conectar una pelota parada que le venía servida, y a los 64' Silvera simuló un foul dentro del área que obviamente el árbitro descartó. La catástrofe iba a quedar instituida a los 66', cuando nuevamente el 7 encaró a Zamponi, le tiró un caño y éste lo tomó de la camiseta cuando entraba al área. Penal y gol del 6 bahiense, que ponía el 0-2 definitorio. No hubo ni la suerte necesaria para la remontada, porque un par de minutos más tarde Lihué armó una jugada genial, encerrado contra el banderín del córner por dos rivales logró escapar y le puso el centro en la cabeza al Negro, quien remató al palo. Cuando no hay suerte en partidos como éste es probable que te goleen, y así pareció ser porque a los 76' otra vez el 7 hizo lo que quiso por derecha, se metió al área y tocó al medio para que el 9 sólo tuviese que empujarla. Lapidario 0-3 final en un partido que no merecía ese resultado de ninguna manera, y que sólo se da cuando vos no embocás ninguna y el rival mete todas.

Fecha 1 (postergado):
Entresemana el Taladro viajó al Norte argentino para disputar el partido que tenía pendiente de la primera fecha, contra Gimnasia en Jujuy. Se preveía un partido muy complicado, ya que hasta ese momento los jujeños no habían sufrido ninguna derrota en casa y venían en alza. La primera ocasión de gol fue para Banfield a los 5', con una pelota parada que no pudo ser bien conectada por nuestros atacantes y acabó en las manos del arquero local. Poco más había  ocurrido hasta que a los 15', luego de un lateral lanzado al área del conjunto albiverde, el juez sancionó un inexistente penal del debutante central izquierdo Noguera sobre el 9 de casaca azul. El 11 se encargó de mandarla al fondo de la red para establecer el injusto 1-0 parcial. A los 20' casi cae el segundo tras un córner, pero el debutante Ferreyra (quien había entrado hacía pocos minutos por lesión de Santillo) logró evitar el gol olímpico. A los 30' respondió nuestro equipo con una buena jugada del Negro Chávez, quien entrando desde la izquierda hacia el medio cedió para un furibundo remate de Delfino que no entró por el segundo palo de milagro. De allí en más fue todo de Gimnasia, que creó varias situaciones como para aumentar las cifras: a los 31', un buen pase filtrado de su volante izquierdo le cayó al 11, cuyo disparo pegó en la parte externa de la red; a los 35', se escapó el otro delantero por la misma zona, pero su débil remate terminó en las manos del arquero; cinco minutos más tarde, nuevamente el 11 cabeceó un centro del 10 desde la izquierda, aunque nuevamente fue a dar a los guantes de Ferreyra; a los 43' el 9 disparó desviado desde un ángulo cerrado; a los 45' un centro desde la derecha no logró ser bien conectado por los jugadores ofensivos del conjunto jujeño; y sobre los 49' otra vez el 9 remató desde una posición difícil, aunque el tiro se fue no demasiado lejos del ángulo izquierdo de nuestro golero. El primer tiempo de Banfield no había sido nada bueno, y aunque podría no haberse ido perdiendo, tampoco hubiera sido descabellado que le hubieran convertido más goles, de modo que quedaba la chance de mejorar para el segundo y remontar la cosa.
Sin embargo, nada de eso ocurrió, y a los 48' se empezó a liquidar el asunto. El 7 del conjunto local se escapó por derecha y mandó el centro al medio para que el 11 defina; éste pifió, pero el rebote le quedó servido en el borde del área chica al 9, quien la mandó a guardar sin demasiado inconveniente. El partido parecía liquidado, pero Banfield no se iba a rendir tan fácil, aunque quedaba desbalanceado en defensa y se exponía a ser goleado. Un par de minutos más tarde pudo haber caído el descuento cuando luego de un pelotazo aislado, el Negro Chávez la guapeó contra los centrales y quedó mano a mano, pero, incómodo y con la pierna menos hábil, terminó tirando la pelota por arriba. Un minuto más tarde lo tuvo Leiva con un zurdazo lejano que terminó en las manos del arquero. A los 53' por fin cayó el merecido descuento, con un envío desde el córner derecho que fue magníficamente cabeceado por el pibe Noguera; el Taladro se ponía a tiro, pero habría que ver si le daba la nafta para conseguir un empate que se preveía milagroso. El Lobo jujeño respondió a los 60' con un remate del 10 al cuerpo del arquero, y un ratito más tarde con un zurdazo de primera del 8 que también quedó en los guantes de nuestro guardavallas. A los 73' se lo perdió Lihué, tras elevar demasiado un furibundo remate desde lejos; y a los 76' se lo perdió el recién ingresado delantero del conjunto local, quien quedó mano a mano y la tiró afuera. El partido era de ida y vuelta y podía llegar el gol para cualquiera de los dos, aunque Gimnasia era el que estaba un poco más cerca, producto de la desprotección de la defensa visitante ante el adelantamiento de sus líneas. A los 85' otro jugador local que había entrado en el segundo tiempo remató alto desde el borde del área; y la última fue para Banfield, cuando a los 93' un centro hermoso de Iván Pérez encontró a Noguera solito en posición de 9, pero su media tijera se fue muy por arriba. Perdió nuevamente Banfield, aunque sin merecerlo del todo y en una cancha complicada, aunque cuatro días más tarde, en la misma zona geográfica de la Argentina pero en otra ciudad, podría haber revancha.

Fecha 12:
Con la sangre en el ojo por la derrota en Jujuy, Banfield se quedó en el Norte de nuestro país y viajó unos pocos kilómetros hacia el sur, para visitar Tucumán y enfrentarse a Atlético. De entrada pudo haberse puesto en ventaja Banfield, primero con una pelota parada desde la izquierda que nadie llegó a conectar y acabó en las manos del arquero, y luego cuando un error en el despeje del arquero tucumano (nada menos que nuestro archiconocido Laucha Lucchetti) posibilitó que Silvera remate desde lejos con el arco libre, pero su zurdazo se fue cerca. También lo tuvo Noguera a los 5' tras otra pelota parada, aunque su cabezazo fue débil y no llevó demasiado peligro. Atlético respondió a los 8' con un tiro libre desde la derecha del 7 que dio en la parte de afuera de la red. Luego de un disparo al arco de un jugador tucumano sin demasiadas consecuencias, Chávez se escapó entre los centrales a los 28' y quedó mano a mano con el arquero, pero el gol le fue ahogado en primera instancia por el golero y luego (tras quedarle la pelota en perfecta posición para embocarla de cabeza) por el techo de la red. Un par de minutos más tarde, y cuando nadie lo preveía, se filtró por el medio de la defensa banfileña el 10 del conjunto tucumano, quien con un derechazo furibundo la clavó bien arriba. Atlético Tucumán se ponía en ventaja sin merecerlo, y parecía que se venía otra noche fatídica para el Taladro. Sin embargo, cinco minutos más tarde las cosas volvieron a quedar en tablas: un rebote que no pudo ser capitalizado por el Negro le cayó a Iván Pérez, quien con un zurdazo suave y delicioso la puso en la ratonera para establecer el empate. Enseguida respondió el conjunto local, con un terrible fierrazo de zurda y volea del 7, despejado magníficamente por nuestro debutante arquero (el 3ro en tres fechas) Germán Caffa. Así se fue la primera parte, con un empate que le caía bien al partido por lo demostrado por ambos equipos.
El segundo tiempo empezó con una tónica clara: Banfield esperando, conforme con el resultado, y los tucumanos con la posesión de la pelota y atacando, pero sin ideas. Recién a los 58' ocurrió la primera situación de peligro, con un remate lejano del 8 albiceleste que fue a dar a las manos de Caffa; y a los 68', otro lejano remate del 7 tucumano se fue bastante lejos. Nuevamente a los 73' inquietó el local, con un córner débilmente cabeceado por el 2 que cayó mansamente en la bolsa de nuestro arquero; un par de minutos más tarde, el otro defensor tucumano cabeceó en inmejorable posición, aunque la mandó muy lejos. A los 82', el DT local hizo ingresar otro delantero, quien asustó a más de un corazón banfileño con un derechazo desde el borde del área que se fue apenas desviado. Recién a los 89' volvió a llegar Banfield, con un remate lejano y sin fuerza del ingresado Tito Noir que atrapó mansamente el golero local,: y un minuto más tarde el propio Noir quedó solo contra el arquero tras una contra bien ejecutada, pero se enredó solo y se la quitaron. Así se fue el partido, Banfield se quedó conforme con el empate, que por lo menos sirvió para salir de perdedor, aunque lo cierto es que la punta del torneo quedó a lejanos ocho puntos de distancia.

Fecha 13:
Con la obligación de ganar para no seguir perdiéndole pisada a los puestos de ascenso, el Taladro recibió a Patronato de Paraná. La primera chance del encuentro fue para le conjunto visitante, con un remate de su número 11 que se fue muy por encima tras una jugada preparada. Cuatro minutos más tarde, desde la misma posición, otro tiro libre fue ejecutado brillantemente por el 9 rojinegro, aunque por suerte su remate salió apenas desviado sobre el primer palo. Al rato respondió Banfield con un zurdazo furibundo de Chávez desde una posición muy cerrada que se fue cerca, y luego con un remate de fuera del área de Lihué que se fue apenas alto. La más clara del partido para Banfield llegó a los 31', con una escapada de Chávez por izquierda y un fierrazo temible del propio Negro que sacudió el palo; el rebote le cayó a Noir, pero su definición fue al bulto y la pelota se fue al córner. A los 37', Noir le filtró un muy buen pase al Negro, pero su remate cruzado y bajo fue retenido impecablemente por el golero visitante. Todo era de Banfield. Un rato más tarde, Lihué desbordó y el Negro no llegó a conectar antes de que un defensor paranaense la rechazara; y sobre los 41', un espectacular zurdazo colocado de Iván Pérez fue desviado in extremis por el guardavallas rojinegro, que a esa altura ya era la figura indiscutida del encuentro. De ese mismo córner llegó otra ocasión de peligro, pero el Negro no logró empujarla en el segundo palo tras la peinada de Noguera. Y con el tiempo cumplido, otro córner fue nuevamente cabeceado por el segundo central banfileño, pero el balón se fue apenas alto; un minuto después, el que cabeceó entrando por el segundo palo tras un centro de Lihué fue Iván Pérez, pero la pelota fue a morir mansita en los guantes del golero. Así se fue el primer tiempo, con un Banfield que había sido muchísimo más que su rival, pero que no había logrado concretar ninguna de todas las chances que había creado.
Para el segundo tiempo se esperaba más de lo mismo, y así fue pero no con tanto énfasis, puesto que el agobiante calro de la tarde se hacía sentir en el físico de los jugadores, que ya no podían presionar tan bien como antes. Al igual que en la primera parte, en el comienzo de la segunda etapa prevaleció el conjunto visitante, que contó con dos chances para desnivelar: primero quedó mano a mano el delantero recién ingresado, pero remató muy alto; y luego con un remate lejano del 5 que se fue cerca. El partido se volvió por momentos soporífero, debido al insistente calor y las pocas ganas de jugar del conjunto visitante, y así se fue diluyendo en el aburrimiento el segundo tiempo. Banfield contó con un par de minutos de furia, entre los 79' y los 82', en donde dispuso de no menos de cuatro ocasiones claras: en primer lugar, una guapeada del Negro por izquierda que despejó bien el guardameta paranaense en el primer palo; de ese córner, Noguera se la bajó a Lihué, pero el portero increíblemente le ahogó el gol a puro reflejo y velocidad de piernas; de ese siguiente tiro de esquina, volvió a ganar de arriba Noguera, pero nuevamente el golero visitante la sacó por arriba; y ya en la última, de nuevo Noguera llegó a cabecear, aunque esta vez muy incómodo y muy lejos del arco. Pero ya no había más energías, y el partido se fue apagando, como una vela adentro de un vaso boca abajo. La última del partido fue para Patronato, aunque el disparo de uno de sus volantes se fue muy arriba y no llevó prácticamente peligro al arco banfileño. Fue empate nomás, Banfield mereció muchísimo más, pero se topó con sus propias limitaciones a la hora de definir y con una tarde brillante del arquero rival.

sábado, 17 de noviembre de 2012

La Dicha no es una Cosa Alegre



Fecha 9:
6 de octubre de 2012. Día nuboso en la ciudad de Córdoba. Allí, más precisamente cerca de las 16 horas en el Estadio Juan Domingo Perón del barrio de Alta Córdoba, saltó a la cancha Banfield para enfrentar al local Instituto, sabiendo que había que ganar para dejar atrás el mal trago sufrido en la fecha anterior. Con la presencia en la tribuna de quien esto escribe luego de una larga inactividad, arrancó el partido. En el inicio el partido se presentó parejo, el conjunto local intentaba monopolizar la pelota y salir jugando desde su extrema defensa, pero el conjunto banfileño presionaba bien arriba y no dejaba ningún hueco en el medio, logrando que el trámite del encuentro se tornara por momentos aburrido. La primera chance de gol neta la tuvo Pablito López para nuestro equipo con un disparo desde afuera contenido con esfuerzo por el 1 local; cinco minutos más tarde llegó la respuesta cordobesa, con un pase en profundidad para el 9 que no logró definir antes de ser atorado por Santillo. El aliento de nuestra gente era constante, y la respuesta por parte de la parcialidad local se revelaba acelerada, fiel al estilo sincopado de estas tierras. Promediando la primera parte los volantes albirrojos comenzaron a tomar el control de la zona media, y con un par de disparos lejanos llevaron peligro hacia nuestra valla, aunque por suerte nuestro guardavallas se reveló seguro ante esos intentos. Banfield inquietó con un par de corners, uno de los cuales no fue de milagro gol del Cuqui, quien remató desviado un centro perfecto desde la izquierda. Parecía que poco más iba a pasar en la primera etapa, pero a los 41' Lihué nos sacudió la modorra a todos recibiendo en mitad de cancha, encarando hacia adelante, tirándole un caño al 5, gambeteando otros 2 jugadores locales y rematando con su pierna derecha un fuerte remate que tras desviarse en un defensor se clavó cerca del palo izquierdo del arquero, a escasos 2 metros de la ubicación de quien esto les relata. Golazo, locura, todos colgados del alambrado, y una alegría impensada viendo cómo se venía desarrollando el trámite del partido. Así terminó la primera etapa, con un partido de trámite parejo en el cual Banfield había sacado la ventaja mínima gracias a una enorme jugada de su número 7.
Tras el embolante entretiempo matizado por la ingesta de un paquete de carísimos cubanitos de cancha, comenzó la segunda parte. Al minuto nomás sobrevino otra alegría para nuestro bando: recuperación en mitad de cancha, recepción de Pablito López, pelotazo largo de éste en búsqueda del Negro Chávez, error defensivo de los locales, y escapada mano a mano de nuestro número 9, quien sólo debió colocarla fuerte al segundo palo para estampar el 2-0. Al toque hubo un remate del 7 local que contuvo Santillo, pero en los siguientes diez minutos se vio lo mejor de nuestro equipo, con buenas asociaciones en ataque, toques cortos y un mediocampo rival que no la veía ni cuadrada. Tras un gol de Zamponi correctamente anulado, a los 52' Prichoda recibió solito en la puerta del área, pero su remate se fue apenas ancho por el segundo palo. Sin embargo, a partir de los once minutos nuestro equipo entró en un conformismo resultadista que influyó muy negativamente en su desempeño, y le permitió reaccionar a Instituto, que hasta ese entonces estaba groggy y perdido en la cancha. A los 56' nuestro golero debió esforzarse mucho para taparle un mano a mano en el borde izquierdo del área chica al 7 rival; y a los 59' se vino el descuento, cuando tras un rebote luego de un centro desde la derecha, el 10 cordobés la peinó al medio para la solitaria entrada del 9 que la mandó a guardar de cabeza. Luego, a los 19' un remate de un volante cordobés ingresado en el entretiempo pasó bastante cerca. El rival se nos venía al humo, y Banfield no reaccionaba... en la tribuna preveíamos lo peor. Y lo peor casi ocurre a los 69', cuando un disparo que se desvió en un defensor albiverde le quedó servido al 9 cordobés al borde del área chica para liquidar, pero Santillo se lució tapando a puro reflejo el disparo que se metía bien arriba. El dominio local era total y parecía que el empate estaba al caer, pero por suerte sobre los 75' una agresión al juez de línea por parte de la parcialidad de la Gloria provocó que el partido se interrumpiera por unos minutos, frenando así el voraz ataque que se precipitaba sobre nuestro arco. A partir de allí el Taladro se reacomodó en el campo con el ingreso de Zarif, y los ataques albirrojos cesaron. Nuestro mediocampo volvió a hacerse con el control del balón, y el trámite del juego se normalizó para que de esta forma se pudiese asegurar la victoria. Incluso pudo haber sido un resultado más abultado, pero un gran tiro libre de Iván Pérez a los 92' fue despejado brillantemente por el portero local, quien minutos antes había sufrido un durísimo choque contra el Negro Chávez. Fue final, Banfield logró hacerse fuerte en tierras cordobesas, y le regaló a su gente una esperadísima alegría, muy disfrutada por su gente que alentó sin parar y se llevó a casa los tres puntos para seguir soñando.

Fecha 10:
Tras el triunfazo en Alta Córdoba, el Taladro debía enfrentar la segunda fecha consecutiva jugando como visitante, esta vez ante Nueva Chicago en Mataderos. Al minuto se lo perdió el 10 local, pero Banfield se adueñó de la posesión de pelota y comenzó a desarrollar un ataque por los costados que lastimaba. Tras un par de buenas aproximaciones, a los 6' se lo perdió Lihué tras ganar una pelota que quedó boyando en el área y rematar increíblemente desviado; unos minutos más tarde, Silvera no logró rematar bien tras otro centro. A los 17' apareció solo Pablito López por la izquierda del área, pero la pelota le quedó altísima y su zurdazo se fue muy por encima. Promediando la etapa Chicago corrigió las falencias en la marca, ajustó las conexiones entre sus volantes y arrimó peligro a la valla banfileña, primero a los 26' con un centro desde la izquierda conectado por el 8 verdinegro que se fue cerca, y luego con dos cabezazos en el área a los 40' que por poco no terminaron en gol. Así se fue un primer tiempo entretenido, con situaciones de gol para ambos equipos, y dejando la promesa de que lo mejor estaría por venir.
Apenas empezado el segundo tiempo, un mal despeje hacia atrás del Tato Mosset dejó cara a cara con el arquero al 9 del conjunto del oeste porteño, obligando así al agarrón y consecuente penal del Tano Zamponi. El 10 verdinegro lo cambió por gol, y parecía que nuevamente, como contra Boca Unidos, el partido se iba a hacer cuesta arriba. Esta suposición pareció confirmarse cuando a los 48' el volante derecho local se escapó y quedó mano a mano con Santillo, pero su definición fue defectuosa. Parecía que las cosas se ponían negras para nuestro equipo, porque Chicago se mostraba afianzado y nuestros volantes no podían recuperar la pelota, pero por suerte nos sobrevino un afortunado golpe de suerte. A los 56', un córner desde la derecha que no pudo ser despejado por el arquero local, derivó en varios rebotes al borde del área chica que pudieron ser capitalizados por un zurdazo implacable del Negro Chávez para poner el 1-1. Y apenas dos minutos más tarde vendría la alegría mayor: nuevamente el Negro, parado de volante izquierdo, la pisó y sacó un centro milimetrico a la cabeza de Lihué, quien entrando a la carrera por el medio estampó un cabezazo precioso que se clavó en el ángulo para dejar sin respuesta al golero. El Taladro daba vuelta un partido que pintaba muy complicado, pero ahora sería cuestión de aguantar los embates de un conjunto local herido en su orgullo. A los 66', nuevamente Chávez (ya a esa altura figura del partido) se sacó de encima un defensor tras recibir un taco de Lihué y remató cruzado, pero esta vez el 1 del conjunto de Mataderos se lució para evitar el tercero. Pudo haberse puesto en tablas nuevamente el cotejo cuando a los 69', tras un córner y un cabezazo hacia arriba, el 9 local ensayó una estupenda chilena que fue bien resuelta por nuestro guardavallas sobre el primer palo. Chicago se animaba y creaba peligro: a los 72' un remate lejano de su volante central le quemó las manos a nuestro arquero (aunque en el contraataque el Negro lo dejó mano a mano a Lihué con una asistencia genial, pero nuevamente el portero local le ahogó el grito a nuestro volante derecho); un par de minutos más tarde, el número 18 del conjunto verdinegro también probó de lejos, obligando a Santillo a mandarla al córner con esfuerzo sobre su palo derecho. Ya sobre los 84', una genial maniobra del fenomenal Negro Chávez contra dos defensores terminó con un remate al segundo palo bien contenido por el portero. Tras el ingreso del Pelado Brum (en lo que significó su vuelta a las canchas tras más de seis meses de inactividad), Banfield se abroqueló atrás, y los últimos intentos a la desesperada del conjunto de Nueva Chicago no prosperaron. Ganó el Taladro su segundo partido consecutivo de visitante, y ahora ve con mejores ojos el futuro, de cara a lograr un ascenso que se presenta como imperioso.

martes, 30 de octubre de 2012

The Irrationality of Rationality



Fecha 7:
Tras lograr hilvanar tres victorias consecutivas por primera vez en más de un año, el Taladro tenía la difícil misión de visitar la calurosa y húmeda Corrientes para enfrentarse al local Boca Unidos, que venía de cosechar su primera victoria en el torneo. El partido arrancó complicado, Banfield no hacía pie en el medio, y la presión de los volantes aurirrojos determinó que apenas a los 4 minutos el Negro Leiva perdiese una pelota en el medio que derivó en un quite limpio a 25 metros del arco del Tato Mosset sobre el atacante aurirrojo, increíblemente juzgada como foul por el juez. De ese tiro libre iba a llegar el primer gol de la tarde, ya que el 5 del conjunto local clavó un zurdazo con rosca perfecto que se clavó en el primer palo de un Santillo de lenta respuesta. Banfield sintió el golpe e intentó reaccionar, buscando desnivelar constantemente sobre la banda derecha del ataque. Así llegaron todas las situaciones de riesgo en ese primer tiempo: primero con un disparo del Turco Zarif sobre el costado derecho del área rival que se desvió en un zaguero, luego con otra escapada del propio Turco sobre el mismo sector que terminó en un zurdazo cruzado brillantemente tapado por el portero correntino, y finalmente con un centro cruzado hacia la izquierda para la aparición solitaria de Matías Díaz, quien la calzó de volea y la mandó al lateral de la red. El Taladro era más y merecía el empate, pero atrás dejaba dudas, y estuvo a punto de sufrir la segunda caída de su valla cuando el 7 aurirrojo empalmó de aire un rebote en la puerta del área que por suerte fue a parar a las firmes manos de Santillo. Sobre el final del primer tiempo, un bochazo cruzado a las espaldas de nuestros centrales dejaron mano a mano al 9 rival con nuestro arquero, pero aquél demoró la definición y, molestado por la marca, terminó enviando un tirito a las manos del portero albiverde. En el primer tiempo Banfield había merecido más, pero el gol contrario desde el vestuario y la falta de efectividad de cara al arco rival se estaban pagando muy caro.
Para el arranque del segundo tiempo, Garnero dispuso un ultraofensivo 4-2-1-3 tras la salida del Peca Galarza por lesión y Matías Díaz y los ingresos de Tito Noir y Pablito López; esta táctica se reveló inefectiva debido a que no sólo no se crearon más situaciones de riesgo sobre la valla correntina, sino que se incrementó la inseguridad defensiva. A los 53' un error en la salida permitió un zurdazo del 11 aurirrojo que fue a dar a las manos del arquero; más tarde, un mal cruce de nuestro primer central permitió que el 9 se escapara mano a mano con Santillo, pero su definición fue pésima; y finalmente, a los 69' llegó el gol luego de que el 11 local filtrara un gran pase al vacío para la trepada del 5, cuya definición, tras ser tapada a medias por nuestro portero, rebotó en las canillas del Tato Mosset (quien completó de este modo un partido para el olvido) y fue a parar al fondo del arco. A partir de allí ya no hubo más partido, a Banfield le pesaban las piernas y no lograba generar juego, mientras que Boca Unidos se limitó a morder en el medio y ver si podía seguir aprovechando con filosos contraataques los huecos que dejaba la adelantada defensa visitante. Lo único que logró producir el Taladro de allí hasta el final fue un derechazo lejano del Cuqui Silvera bien despejado por el 1 local, una peinada del Negro Chávez tras un corner que quedó en las manos del arquero, y una escapada de Noir que fue abortada en el área chica por el central correntino. También pudo verse aumentada la diferencia cuando el 9 aurirrojo definió un contragolpe perfecto con un tiro mansito a las manos de Santillo, pero lo cierto es que así se fue el partido. El Taladro perdió en su visita a Corrientes, perjudicado por la agobiante temperatura y el injusto y tempranero gol que sentenció su suerte.

Fecha 8:
Sin tiempo para lamentos y con la obligación de ganar, Banfield debía recibir por la octava fecha al Globo de Parque Patricios, que venía último en el campeonato. Ni tiempo para acomodarse tuvo nuestra gente, que ya a los doce segundos de partido se encontraba abajo en el marcador luego de que un centro desde la izquierda del 10 quemero fuera bajado por el 9 en el segundo palo para la aparición por el medio del área chica del 7, quien no tuvo más que empujarla a la red. Esto no estaba en los planes de nadie, pero había que sobreponerse y volver a demostrar en la cancha esa teórica superioridad. A los 8' llegó la primera reacción, con una escapada de Lihué por derecha, quien centró para el cabezazo del Cuqui que se fue ancho por el segundo palo; a los 11' la segunda, con un mano a mano del propio Cuqui despejado in extremis por la zaga visitante; y a los 15' la tercera, con una entrada furibunda de Chávez por el medio del área, bloqueada por el 2 albirrojo. El Globo respondió con un cabezazo del 9 que se fue apenas alto, pero el dominio del partido seguía siendo de Banfield y eso se plasmó en el marcador luego de que Chávez ganase a pura guapeza un foul al borde del área; su ejecución fue magistralmente efectuada por la prodigiosa zurda de Iván Pérez, quien la colgó del ángulo izquierdo del portero quemero para poner el 1-1. Casi vuelve a desnivelar Huracán a los 38', cuando tras un centro al área, Santillo debió extremar su esfuerzo para sacar de la ratonera una peinada del 6 visitante; un par de minutos más tarde, un error del Turco en la salida obligó a la rápida intervención de nuestro golero para quitarle la pelota al delantero rival. El primer tiempo se fue tras un zurdazo lejano de Leiva que se fue cerca del poste izquierdo; el empate era justo, pero lo cierto es que, si bien se había jugado correctamente dentro de todo, la victoria era necesaria.
El segundo tiempo comenzó con la misma tónica, Huracán replegado en su campo y apostando al contragolpe, y Banfield asumiendo la responsabilidad de atacar. A los 53' avisó el Globito con un furioso derechazo de volea del 10 que se fue apenas alto; tres minutos más tarde, nuevamente el 10 se escapó por izquierda, y su centro cruzado no llegó a ser bien conectado por el 9 que entraba por el segundo palo. El conjunto albiverde, bastante adelantado en el campo, respondió con un derechazo forzado del Negro Chávez bien contenido por el guardavalla quemero tras unos rebotes en el área. Súbitamente, a los 63' llegó la jugada que marcaría el desarrollo del partido: Chávez se escapa por izquierda, envía el centro antes de que la pelota trasponga los límites del campo, y la pelota da en el brazo extendido del ingresado lateral derecho visitante. Penal? El árbitro en ese instante no dudó en darlo, y cuando estaba poniendo la pelota en la marca de los 12 pasos fue alcanzado por un cascotazo proveniente de la tribuna visitante ubicada detrás de ese arco. Quilombo, partido demorado, vendas en la cara del juez... y cuando se reanudó el partido, de alguna imprevisible forma le avisaron al sorete de luto que la mano había sido afuera del área (estaban en lo cierto, aunque, porqué demoraron 7 minutos en tomar la decisión los jueces de línea es un interrogante imposible de responder) y el penal fue denegado. La posterior finalización de la jugada no trajo peligro salvo por un cabezazo forzado en el segundo palo, y esto (sumado al extendido parate) derrumbó anímicamente a los jugadores banfileños. Así fue que 5 minutos más tarde, a los 78', el Negro Leiva la perdió en mitad de cancha y el 9 quemero habilitó de primera al 7, quien se escapó entre los centrales y definió fuerte entre las piernas del arquero para marcar el 2 a 1. A los 83' pudo haber caído el tercero, pero Santillo tapó brillantemente un fierrazo desde fuera del área del 8 visitante; a los 86' también se lo perdió el 10 (ya a esa altura la figura del encuentro) tras una tijera de media vuelta que pasó apenas afuera del parante derecho del portero albiverde. La última fue para el Taladro, ya sobre los 96', con un centro del ingresado Tito Noir que fue peinado por Mosset apenas afuera. Fue el final, Banfield perdió un partido increíble, perjudicado por una inentendible decisión del árbitro que generó confusión y crisis en nuestro bando y que posibilitó la recuperación de un rival que hasta ese momento estaba al borde del nocaut.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Reach for the Sky


Fecha 4:
Aún con la sangre en el ojo por no haber podido traerse un resultado positivo desde La Plata, el Taladro debía enfrentar en casa por la cuarta fecha del Torneo Nacional B a otro equipo complicado como lo es Rosario Central. El partido arrancó exactamente igual que el de la semana anterior, con dos equipos luchadores que se disputaban el dominio en mitad de cancha, prestándose la pelota en numerosas ocasiones. La batalla por la supremacía en las áreas la ganaban claramente los defensores, y si a eso le sumamos la poca aparición de los número 10 de ambos equipos, nos daba como resultado un partido intenso pero aburridísimo. La primera ocasión de riesgo la tuvo Banfield tras un centro desde la izquierda de Walter Bustamante que el Cuqui cabeceó apenas afuera; cuatro minutos más tarde, el Negro Chávez apareció por izquierda y su remate fue enviado al córner por el 2 rosarino. Poco había generado el conjunto visitante en ataque (apenas una peinada del 9 a partir de una pelota parada que terminó en las manos de nuestro arquero), hasta que a los 33' vino un centro cruzado desde la derecha del ataque canalla, el Peca Galarza perdió la marca, Lihué no lo acompañó, y eso permitió que se generara el hueco necesario para la aparición del 11 auriazul, quien la empalmó con el borde externo de su botín zurdo para clavarla en la ratonera. Así se fueron al descanso, con Banfield injustamente abajo en el marcador, pero con la promesa de que había que mejorar en el juego para revertir el resultado.
La primera del segundo tiempo la tuvo en el arranque el visitante, con un disparo cruzado y débil del 10 que Pablo detuvo mansamente y sin inconvenientes. Central controlaba el partido con mucha fiereza en el medio, y lograba sacar rédito del barullo reinante hasta que a los 16' el lateral derecho se ganó la segunda amarilla por una falta sobre el Negro Andrés. Rápidamente el DT canalla introdujo un defensor para mantener la línea de 4, pero ni tiempo tuvo de acomodarse la defensa, ya que dos minutos más tarde un centro cruzado de Lihué encontró la solitaria aparición por el segundo palo del Cuqui para empujarla y decretar el empate. A partir de allí Banfield se vino con todo sobre el arco canalla, que sólo atinó a refugiarse cerca de su área a ver si podía aguantar el empate. El partido se hizo de ida y vuelta: se lo perdió Tito Noir a los 34', tras definir de zurda por arriba un mano a mano; Central respondió rápidamente con un zurdazo rasante del recién ingresado delantero número 18 que contuvo esforzadamente nuestro guardavallas. Al toque, Lihué se escapó por izquierda y envió un centro rasante al borde del área chica que los delanteros no llegaron a conectar. Y de tanto ir, el Taladro obtuvo su premio: a los 44' centro al área de Pablito López (clave en la remontada por su aporte a la generación de juego), la baja el Cuqui, define Rubén Zamponi, tapa el arquero, da en el palo, y el rebote fue capitalizado por el Negro Andrés para desatar la locura en toda la hinchada albiverde. No hubo tiempo para más, Banfield triunfó en un durísimo partido contra un rival de peso, con total justicia. Será cuestión de ir ratificando con el correr de los partidos la mejoría en el nivel de juego, pero lo cierto es que la base está, sin dudas.

Fecha 5:
Envalentonado por la primera victoria en el torneo ocurrida en la fecha anterior, la locomotora verde y blanca llegaba hasta el estadio de Almagro para enfrentar al alicaído Deportivo Merlo. Frente a un rival que se demostró voluntarioso pero limitado, el Taladro demostró que cuando se es un equipo ordenado y superior los goles llegan por decantación, y así fue como apenas a los 11', en la primera jugada de riesgo real del partido, el Taladro se puso en ventaja. Matías Díaz la recuperó en mitad de cancha y tocó para el Negro Andrés, quien la trasladó hasta posición de peligro y se la devolvió a Matías, cuyo centro de primera encontró la solitaria aparición del Cuqui en el segundo palo para mandarla a guardar con el arco vacío. El Taladro controló el trámite sin mayores inconvenientes, frente a un impotente conjunto Charro que jamás logró hacer pie en campo contrario. Sobre los 41' se lo perdió Silvera tras cabecear apenas desviado un centro de Broggi, y así se fue un aburrido primer tiempo donde el Taladro demostró su superioridad controlando bien a su rival.
El complemento continuó con la misma tónica, Merlo hacía poco para vulnerar la valla de Santillo, y el equipo del Sur esperaba en su campo la oportunidad para lanzar filosos contragolpes. Sin embargo, pudo haber llegado el empate tras un largo pelotazo que encontró la aparición del 7 del conjunto del Oeste, pero por suerte para los nuestros su volea cruzada se fue apenas ancha. El Taladro avisó con una buena jugada individual de Lihué, quien se sacó dos tipos de encima y remató de zurda desviado; y al segundo aviso no perdonó, con una fórmula muy parecida a la del primer tanto. A los 23' de la segunda etapa el Negro Andrés robó una pelota en mitad de cancha, la cual le cayó a su tocayo Silvera; el Cuqui trasladó y esperó el momento exacto para filtrarle el pase a Chávez, quien le ganó en velocidad a los centrales y definió por entre las piernas del arquero para establecer el 2-0 y partido liquidado. De allí en más el partido fue pura intrascendencia, pues Merlo se dio definitivamente por vencido y Banfield se dedicó a hacer tenencia de pelota y esperar el pitazo final, que no tardó en llegar. Nueva victoria de los muchachos de Garnero, sólidos, pacientes, y golpeando en los momentos justos para llevarse una victoria fácil de visitante contra un conjunto siempre complicado.

Fecha 6:
El ánimo ya estaba por las nubes después de las dos victorias consecutivas, y llegaba el turno de enfrentar (y de paso estrenar la casa suplente, de un bello color negro furioso) en casa al ascendente Sarmiento de Junín, circunstancial puntero del torneo tras enhebrar una buena racha de victorias. Y digo circunstancial, porque tras sólo 2 minutos de comenzado el partido ya perdía el liderazgo, pues Banfield no le dio ni chance de terminar de acomodarse en el campo antes de embocarlo. Pelotazo largo de Lihué a las espaldas del lateral izquierdo en dirección del Negro Andrés, genio y figura, quien la recibe sobre la derecha, encara a su marcador hacia adentro, y apenas ve el hueco necesario sacude al primer palo de un sorprendido guardavallas que no atinó a responder. Recién comenzaba el encuentro y Banfield ya se ponía por delante en el marcador, lo cual sin dudas condicionó el resto del trámite del cotejo. El Taladro no se quedó sólo con el gol y siguió yendo al frente, superando a un confundido conjunto visitante que intentaba raspar y jugar pero que no podía hacer pie en campo rival. Los juninenses lograron responder a los 9' con un disparo lejano del 10 que debió ser rechazado con esfuerzo por el seguro Pablo Santillo; al toque, el Negro sacudió desde afuera del área, obligando a un rebote largo del arquero que no pudo ser capitalizado por Matías, quien entraba atropellando por izquierda. Tras los primeros instantes de duda, Sarmiento con mucho huevo comenzó a imponerse progresivamente en la mitad de cancha, pero la superior calidad de los volantes del conjunto que en esta ocasión vistió de negro lograba configurar un partido trabado y sin muchas opciones de gol para ambos equipos. Recién a los 35' se sacudió la modorra, luego de que el arquero visitante le ahogara increíblemente el gol al Negro, tapando su cabezazo a quemarropa desde el borde del área chica tras un centro precioso de Matías. Sarmiento pudo haber igualado luego de que un peligroso centro desde la izquierda no llegara a ser conectado por sus delanteros, pero exceptuando estos dos ataques que describimos, prácticamente no generó peligro sobre la valla defendida por Pablo. Así se fue el primer tiempo, con una leve pero justificada superioridad local en el marco de un partido parejo y sin muchas llegadas de riesgo.
El segundo tiempo arrancó con la misma tónica, pero ya la prevalencia de Banfield por sobre el conjunto verde era más evidente. En la zona de gestación los volantes visitantes se limitaban a verla pasar, impotentes frente al monopolio de la posesión que ejercía el Taladro, mientras las situaciones de gol seguían llegando sobre el arco de los de Junín. Sobre los 10' se lo perdió el Negro, en un mano a mano bien resuelto por el portero visitante; se veía a las claras que el gol estaba al caer. Y llegó nomás; a los 18', recuperación en mitad de cancha de Cristian Leiva, toque corto a Silvera, asistencia de éste en cortada para el pique al vacío del Turco Zarif (ingresado en el primer tiempo en lugar de Lihué, quien se retiró con un fuerte golpe en el tobillo), rechazo a medias del 2 verde que dejó a mitad de camino a su arquero y posibilitó que entrara desde atrás Iván Pérez, quien de primera y con suavidad puso la pelota en el desprotegido primer palo de la valla juninense. 2-0, y la cosa estaba total y absolutamente liquidada. El resto del complemento estuvo de más, Banfield por momentos se floreó con toques y lujos, y la diferencia pudo haber sido aún más abultada si el furibundo remate del Cuqui desde fuera del área no se hubiese ido arriba por poco. Banfield ganó y gustó nuevamente, logró 3 victorias consecutivas por primera vez en un año y medio, y se puso a tiro de la punta aún debiendo su partido de la primera fecha. Y lo más importante de todo, demostró solidez, buenos rendimientos individuales y un aceitado funcionamiento colectivo que lo ponen como un serio aspirante al ascenso. Imposible no ilusionarse como hincha con este presente.

jueves, 20 de septiembre de 2012

New Tribes



No fue fácil para Banfield terminar de asumir que el descenso se había consumado. Numerosos interrogantes se abrieron una vez que la derrota con Colón se hubo superado: Qué hacer con un club acéfalo? Cómo rearmarlo para una nueva temporada en la B Nacional, sabiendo que había que arrancar prácticamente de cero? Cómo hacer para pagar la enorme deuda que pesaba en las arcas del club, cercana a los 90 millones de dólares? Cómo deshacerce de la gran cantidad de cánceres que conformaban el plantel que había logrado la proeza de irse al descenso con una campaña de campeón contando para el promedio? Sin embargo, parece que el Barba después de tantas pálidas nos guiñó el ojo, porque a los pocos días de perder la categoría asumió la nueva Comisión Directiva, que se puso el overol y comenzó a laburar para sacarnos del pozo. Y la verdad es que lo hicieron muy bien, porque trajeron a un buen DT como es Daniel Garnero, realizaron la necesaria depuración del plantel, incorporaron gran cantidad de futbolistas de jerarquía para la categoría, tales como Andrés Silvera, Matías Díaz, Pablo López, el Tato Mosset, Rubén Zamponi, Iván Pérez y Ricardo Noir. Además, reestructuraron rápidamente la deuda, armando un plan de pago, y realizaron las necesarias refacciones y pagos a los empleados con el dinero obtenido en las transferencias de los dos máximos valores de nuestra cantera (Facundo Ferreyra y el pibe ídolo Nicolás Tagliafico). Asimismo, lograron otorgarle más tiempo para trabajar al director técnico del equipo pidiendo la postergación del primer partido, que prometía ser una riesgosa visita a Jujuy para enfrentar a Gimnasia. Por ende, con todo este viento a favor se logró levantar el ánimo del hincha, y llegamos con bríos renovados al debut en la categoría.

Fecha 2:
Arrancaba el andar de Banfield en el Torneo Nacional B 2012/13, recibiendo en una nublada mañana de feriado a Aldosivi de Mar del Plata. Se preveía un partido disputado e igualado, frente a un rival que había sido uno de los conjuntos más regulares el torneo anterior y se había reforzado criteriosamente. La primera chance de gol fue para el Taladro a los 2 minutos, cuando un remate frontal de Iván Pérez a la salida de un corner fue reboteado con esfuerzo por el arquero; al minuto siguiente, el Negro Leiva elevó demasiado un remate lejano. Sin embargo, se repitió nuevamente el terror del campeonato pasado: que te emboquen en la primera ocasión de gol. A los 9' Lihué Prichoda perdió la pelota en mitad de cancha, el 8 marplatense tomó la pelota en 3/4 de cancha y le dio un pase precioso y preciso al 10, quien picó habilitado y definió cruzado ante la salida de Pablo Santillo para poner el uno a cero parcial. El Taladro reaccionó recién a los 20' cuando una volea de Iván a la salida de un córner fue capturada mansamente por el arquero, y luego a los 32' un centro frontal no fue alcanzado a conectar por Marcelo Bustamante. El partido era trabado y allí era donde el conjunto visitante hacía su negocio, y jugaba mejor contra un Banfield deslucido, falto de ritmo y de ideas. Nuevamente Bustamante a los 34' sacudió la modorra con un fierrazo lejano que se fue cerca, pero los visitantes respondieron con un peligrosísimo cabezazo del 5, que entraba solo por el medio del área tras un córner, que fue enviado al tiro de esquina con esfuerzo por nuestro golero. El Taladro devolvió el golpe con una gran jugada individual de Matías Díaz, quien encaró por el medio sacándose varios rivales de encima y cedió a la izquierda al Negro Andrés Chávez para que éste le quemara las manos al arquero; el rebote fue capturado por Matías, pero el portero visitante lo ahogó rápidamente en una jugada en la que toda la parcialidad local pidió penal. Así se fue el primer tiempo, con un conjunto albiverde que no podía superar en el juego a un equipo auriverde bien parado y contragolpeador, esperando que el funcionamiento mejorase.

Al minuto nomás de iniciado el segundo, un terrible fierrazo de Matías desde afuera del área fue tapado brillantemente por el golero marplatense (Chávez desperdiciaba increíblemente el rebote, pero la jugada estaba anulada por offside). A los 11', el que sacudió desde lejos fue Gustavo Toledo, nuevamente el 1 auriverde dio rebote, pero Andrés Silvera también se encontraba fuera de juego al momento de recibirlo. A los 15', de nuevo el guardavallas, ya a esta altura la figura del partido, le ahogó el grito a otro disparo lejano (esta vez de parte del encarador Lihué). Hasta que finalmente, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe: sobre los 20', un largo bochazo desde su propia área de Pablo le cayó al Negro Andrés, quien le ganó en velocidad a su marca, llegó al fondo y tocó al medio para la solitaria aparición de Matías, quien la mandó a guarda con un zurdazo preciso al segundo palo. Llegaba la justicia al marcador con el empate parcial, y se avizoraba un nuevo partido en donde Banfield debía ir hacia adelante y ganarlo. Aldosivi sólo atinó a responder con una corrida de su delantero recién ingresado que fue bien neutralizada por nuestro golero; al toque, un jugadón de Matías sirvió para la aparición por izquierda del recientemente ingresado Pablo López, quien remató levemente desviado. A los 34' se fue expulsado el 2 visitante por doble amonestación, tras una dudosa falta cercana al área sobre el Negro Andrés, y a partir de allí pareció que sería fácil para Banfield llegar al segundo gol. Sin embargo, la visita se refugió en su área y se esmeró para cortar los circuitos de juego del Taladro. Del foul de la expulsión llegó otra jugada de peligro para el conjunto albiverde, un pelotazo de Matías tras pase de López que rebotó en un defensor cuando ya lo estábamos gritando; de esa misma jugada nació la contra para Aldosivi, que finalizó con un remate cruzado de un mediocampista recién ingresado que se fue muy cerca del palo derecho. A los 41' remató muy alto Iván desde una posición complicada; a los 44' el ingresado Ricardo Noir cabeceó mal un envío desde la izquierda; y la última también fue para Banfield, con un cabezazo forzado del Cuqui Silvera a los 48' que se fue por arriba. Fue empate nomás, en casa y ante un rival complicadísimo que se plantó en nuestro campo y por momentos nos dominó. Se valora el punto porque jugamos contra un rival muy difícil y el equipo recién se está armando, y porque se vieron buenas actuaciones individuales y entereza anímica para remontar el resultado.

Fecha 3:
El fixture le deparaba a Banfield, luego del empate ante los marplatenses, una difícil visita a La Plata para enfrentar a Gimnasia, equipo que se perfilaba como uno de los grandes candidatos al ascenso tras dos victorias en sus dos primeros compromisos. El primer partido fue trabado, disputado, y bastante aburrido para el espectador neutral, producto de la colisión entre dos equipos bien plantados, corajudos, y con mucho miedo a desprotegerse defensivamente. Por ende, el primer tiempo resultó en un partido infumable, y la única chance de gol que se pudo contar en todo ese período fue un cabezazo forzado del Cuqui que se fue un poco alto. Banfield estaba haciendo bien las cosas, y el empate no era mal resultado. Pero todo eso se desmoronó cuando al minuto del segundo tiempo el 9 tripero se desmoronó en el área tras forcejear con Rubén Zamponi y el juez no dudó en cobrar penal, que fue bien ejecutado por el 3 albiazul para estampar el 1-0 en favor de los locales. A los pocos minutos Lihué tuvo el empate, pero el arquero lo evitó magistralmente, y luego el Negro Andrés se lo perdió en el rebote, mandándola por arriba. Unos minutos más tarde, una gran pared enter Pablito López y Silvera dejó mano a mano al rubio enganche, pero el guardavalla platense lo evitó saliendo a atorár velozmente, transformándose de este modo en la figura del partido. Gimnasia respondió con un centro cruzado desde la derecha que encontró al 11 entrando solo por el segundo palo, pero su cabezazo recorrió toda la línea y se fue por el fondo; al rato, nuevamente el 11 se escapó por izquierda, gambeteó magistralmente con un caño al Tato y encaró hacia el área, pero luego su remate se fue muy desviado. Banfield intentaba por todos los medios posibles, pero veía que se le acababa el tiempo sin que se creara la situación de gol que le trajera el empate, mientras Gimnasia esperaba tranquilo en su campo y lanzaba venenosas contras. Ya con el tiempo cumplido, un furibundo remate de un mediocampista tripero lamió el travesaño, y el último bochazo al área del equipo albiverde fue rechazado por la defensa local. Final entonces, con derrota para el Taladro, con el sabor amargo de saber que su rival le ganó pero sin superarlo en el trámite del juego, con un penal discutible y contando con varias chances de empatarlo. Quedará seguir mejorando, sabiendo que aunque hoy nos volvamos con las manos vacías, el camino es el correcto, y habrá que fortalecer el juego de cara al siguiente partido en casa contra Rosario Central. Pero ésa es otra historia.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Comp. 4

Cerrá los ojos un momento, y abrilos para contestarme lo que te pregunto:
 
Qué se siente estar muerto por dentro?
Qué se siente estar en el desamparo más profundo que jamás sentiste?
Qué se siente saber que te espera un tiempo indeterminado de amarguras intolerables?
Por qué tuviste el cielo, los momentos, la felicidad en la mano, y la dejaste escapar de esa manera?
Por qué sos incapaz de salir de tu propia isla interior?
 
Perdoname, me acabo de dar cuenta que al exponerte la cruda realidad delante de los ojos, acabo de asesinarte. Pero es que tuve que hacerlo... porque no puedo evitar ser como soy, no puedo evitar que seamos como sos.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Cap. 6


Come up on differents streets, they both were streets of shame.
Both dirty, both mean, yes and the dream was just the same.
And I dreamed your dream for you, and now your dream is real.
How can you look at me as if I was just another one of your deals?

When you can fall for chains of silver, you can fall for chains of gold.
You can fall for pretty strangers and the promises they hold.
You promised me everything, you promised me think and thin, yeah.
Now you just say "oh Romeo, yeah you know I used to have a scene with him".

Juliet, when we made love, you used to cry.
You said "I'll love you like the stars above, I'll love you till I die".
There's a place for us, you know the movie song.
When you're gonna realise, it was just that the time was wrong? Juliet...

Las cosas parecían perfectas, casi siempre lo habían sido y no parecía haber ninguna razón para que dejaran de serlo. Un amor tan grande como el que ellos venían viviendo parecía destinado a durar para la eternidad... pero sin embargo, una vez más la realidad hija de re mil puta se encargó de demostrarnos que la vida no es como los cuentos de hadas, por más que a veces tenga la intención de parecerse a ellos. Un par de roces imprevistos (de los malos, aclaremos), un poco de mala onda, y un hecho generador de ruptura, tan imprevisto y a la vez tan predecible. Diferencias de opinión, y una enorme equivocación cometida por el boludo de siempre determinaron el apresurado final de la relación. Si bien quedó lo que vivieron, y la conciencia tranquila de que jamás existió una infidelidad, imaginamos que ambos se quedaron con el sabor amargo de saber que realmente se amaban, pero que parece que el destino no quería que estuviesen juntos y se los hizo saber.

Tras la separación, suponemos que ella continuó con sus ideas y que no tardó en encontrar un reemplazante, aunque sin poder obviar el hecho de que jamás tuvo la certeza de que su nueva pareja fuese sólo de ella en la fidelidad, y con la seguridad de saber que no podría amarlo ni la mitad de lo que lo amó a él, porque el amor primero no se borra ni se olvida, por muy mal que haya terminado. Mientras tanto, él se hundió en la más profunda de las depresiones, y tal como lo ordenan las obras cumbres de la literatura romántica, sufrió como un condenado, derramó miles de lágrimas, y pasó el resto de sus días en soledad como un fantasma que va errante por el mundo.

Y si mencionamos al "resto de sus días", no vamos a privarnos de contar el final de esta historia. Se reencontraron algunos meses más tarde, en la calurosa terraza de un edificio céntrico, convocados por un tercero que no soportaba ver cómo dos de sus mejores amigos ya no se hablaban. El reencuentro fue sorpresivo y frío; ella quiso irse apenas lo vio, pero sintió como si una fuerza invisible la mantuviera atornillada al piso. Él la miró con sus ojos tristes, con esa misma tristeza que lo venía acompañando desde aquel día fatídico, y le preguntó si alguna vez lo había perdonado y si por lo menos seguía sintiendo por él, al menos en algún pequeño rinconcito de su corazón, aquel hermoso sentimiento que tan felices los había hecho a ambos hacía no mucho tiempo atrás. Ella se quedó callada unos segundos, y cuando estaba por responderle con la verdad, su orgullo pudo más y se despachó con una seca negativa. Ante esto, él sintió como si su alma se rompiera de nuevo en diez mil pedazos; acto seguido se giró y caminó hacia donde el suelo terminaba. Se paró sobre el borde y aflojó el cuerpo, sintiendo una sensación de alivio por poder terminar al fin con la tortura. Ella corrió tras él y quiso tomarlo de la mano para decirle la verdad, para decirle que nunca lo había dejado de amar, pero que su orgullo lamentablemente había sido más fuerte que sus ansias de reconciliación. Mientras el cuerpo de él lentamente se inclinaba al vacío, se tomaron de la mano, tal y como hacían en los buenos tiempos donde la confianza era todo... pero ella no llegó a soltarse antes de que ambos perdieran definitivamente el equilibrio.

Mientras los cuerpos de ambos transitaban los aproximadamente 50 metros que los separaban del implacable piso de la vereda, se fundieron en un abrazo. Un abrazo de esos que dicen ineludiblemente "quizás nos hayamos separado y hayamos querido matarlo, pero nuestro amor es eterno e irrenunciable. Por más vientos en contra que tuvo que soportar, este sentimiento siempre se las arregló para sobrevivir y recordarnos a cada paso que seguía ahí, tanto en tu corazón como en el mío, por muy lejos que estuviéramos uno del otro". Y como no hay historia romántica sin el relato de un buen beso, sus labios y lenguas alcanzaron a encontrarse, por una vez y para siempre, decretando su eterna y fiel unión, justo un instante antes de que los cráneos de ambos llegaran inexorablemente a estrellarse contra el ineludible cemento.

lunes, 6 de agosto de 2012

Comp. 3

Dame la mano, sin miedo. Te quiero hacer un regalo, porque dar amor es un regalo en sí mismo. Un regalo en forma de experiencia mística.

Vamos a caminar la vida a paso firme, logrando que nuestra unión sea la fuerza que nos mueve.
 
Vamos a juntar los pocos pedazos rescatables de la existencia que tuvimos en épocas pasadas, y construir a partir de ellos una nueva realidad, haciendo caminos al andar.
 
Vamos a detenernos, de vez en cuando, para observar la belleza de las cosas que nos rodean, sabiendo que dicha belleza se encuentra más en las pequeñas cosas que en las grandes.
 
Vamos a aprender sobre la vida, entendiendo a cada paso lo hermoso y extraño que es ser lo que somos, mientras dejamos morir al viejo y oscuro universo que una vez supo desalentarnos.
 
Vamos a crear nuestro propio mundo, donde quede afuera todo lo que nos hace mal, y estén incluidas, por pequeñas que sean, todas esas cosas o personas que nos puedan servir para enriquecer nuestra humanidad.
 
Vamos a sumergirnos en lo profundo del alma del otro, como una piedra que se arroja al mar, observando la riqueza del abismo recién hallado y deleitándonos con las cosas nuevas y preciosas que podamos encontrar allí.
 
Vamos a tirarnos sobre las sábanas a estudiar los secretos de nuestros cuerpos, sin vergüenza ni timidez, adquiriendo los conocimientos por el simple placer de aprender.
 
Vamos a amarnos sin prisa y sin pausa, con placer pero también con responsabilidad, para que no sea "ponerla", sino "hacer el amor".
 
Demostrémosle al resto del universo que, por más modernidad superflua que nos quieran imponer, los amores perfectos como el nuestro no han pasado a ser una utopía.

Comp. 2

Llegué a este universo feliz
sin conocer la alegría,
pa' enterarme de ello un día
y que el mundo se me alegre
porque en mi nuevo pesebre
no hay Cristo pero hay María

La niña de quien les hablo
me da su mirada morena,
pone fin a mi condena
dándome amor del más puro.
Pa' que sepan pa'l futuro
les diré su nombre: Gisela.

Mi traición, tarde o temprano
me pasará la factura.
Hasta entonces la bravura
de este amor será infranqueable,
ni el más duro de los sables
podrá destruir su hermosura.

Hasta entonces, camaradas,
me quedaré aquí cantando.
Por ella dejé mi bando
y no me arrepiento de nada,
sólo exijo su mirada
para seguir caminando.

Comp. 1

Un traidor.
Así soy, y así me conocen.
Por querer el rol de malevo
y de intachable en el amor,
los dejé rogándole al sol
que no me permita goce pleno,
que me genere desvelos
ser impotente en el roce,
y que los cuervos se posen
sobre mis sueños sin honor.

lunes, 9 de julio de 2012

Cap. 5

Well, they say I'm bein' punished
And they say I can be reformed
But some day I'll return
Did they really think that
This time it would work
You knew all along it wouldn't...

Oh, I'm prison bound
I did a crime one too many times
It's on the outskirts of town, by the railroad tracks
Where the country moon shines
Oh, I'm prison bound
Tell my girl I'll be back one day

Oh, I'm prison bound
I may never know any other way

Ya estaba todo dicho, no había vuelta atrás. Nuevamente el invierno asolaba las calles de Buenos Aires, mientras se producía, una vez más, el retorno al viejo hogar. Aunque, es justo decirlo, y aún siendo que su familia seguía habitando allí y lo esperaban con la misma sonrisa de siempre, la palabra "hogar" le quedaba enorme a aquel viejo departamento que había habitado desde los 5 años. Porque lo cierto es que uno puede haber pasado toda la infancia en el mismo lugar, pero si los acontecimientos de la vida te llevan a que tu corazón se establezca en otro lugar, ya no hay vuelta atrás. Aún incluso después de ver de nuevo a viejas amistades y familiares, el sentimiento de desapego no había cambiado en lo más mínimo: su corazón ya no estaba en esta ciudad, se había quedado allá, a lejanos 700 kilómetros de este lugar. Ahora, esta habitación tan conocida y muchas veces disfrutada, se tornaba simplemente en una cárcel en la cual uno debe cumplir la condena previamente establecida (en este caso, un par de semanas). Repasó casi con desprecio los sucesos ocurridos en los 3 días que llevaba pasando las vacaciones de invierno en su ciudad natal, casi como terminando de autoconvencerse de que ya nada más podría obtener de este lugar, y de que la rutina de estar al pedo las 24 horas del día ya no tenía la más mínima gracia.

Sumido en pensamientos negativos, se tiró en la cama a reflexionar, mientras lo invadía una sensación de vacío hasta entonces no tantas veces conocida: simplemente, la extrañaba demasiado. Inexorablemente la acción siguiente sería rememorar los hermosos momentos que había pasado con ella, que sin ninguna duda habían sido los mejores de su vida. Recordó el precioso primer día de la relación, el mágico momento del primer beso, las innumerables juntadas en ese místico departamento, la primera vez que ella le permitió explorarla, alguna que otra salida bizarra, la noche que se pusieron de novios, todas las noches que pasó pensando en ella cuando estaba ocupada y no podían verse, todos los sentimientos que se le vienen encima cada vez que la ve, la primera vez que hicieron el amor y todas las siguientes, el precioso día que pasaron el último día antes de su partida... y por sobre todas las cosas, la recordó a ella. Sus atractivos y oscuros ojazos, las mejillas tersas, el precioso pelo que nunca le dejaba acariciar, la belleza e irresistibilidad de su labios, la blancura angelical de su delicada piel, sus esculturales y acariciables atributos, su tibia humedad, y por encima de todo su bondadosa personalidad. Esa personalidad tan amable, tan severa y tan encantadoramente cautivadora, que tan bien había sabido enamorarlo, y que tan bien retribuía su amor. Es la cosa más linda del mundo, simplemente es imposible que pueda amarla y necesitarla más, pensó, y en ese momento se acordó de que no estaba con ella, de que no la tenía, de que aún faltaba más de una semana para que pudiera tenerla de nuevo entre sus brazos, y que mientras tanto estaba estancado en este lugar sin progreso posible y sin mayor alternativa que esperar que las horas restantes pasen lo más rápido posible. De cualquier manera, contra ello no había oposición posible, así que (tal cual la razón nos indica) de nada servía lamentarse por algo que no podemos cambiar. Claro que andá a decirle eso a este corazón que implora tu presencia, que le duele cada segundo de saberte lejos, que te necesita más que al aire, más que al alimento, más que a su propia existencia.

Todo lo que queda, simplemente, es tener paciencia, ponerle el pecho a la situación, y albergar la esperanza de que no falta mucho, de que los días pueden pasar rápido, y de que más temprano que tarde te voy a tener de nuevo entre mis brazos y así poder darte uno de esos besos que significan "no te das una idea de lo que te extrañaba" y susurrarte al oído que, simplemente, te amo más que a mi vida.

miércoles, 27 de junio de 2012

Ten Years Gone



Y finalmente lo que tanto se preveía y temía finalmente ocurrió. Tirando por la borda los diez años desde el último ascenso a Primera (digo 10 años aunque sean 11 porque me niego a aceptar que esta miserable campaña que hicimos este último año pueda caer en la misma bolsa que otras brillantes como la del campeonato, la de las clasificaciones a las copas, la del subcampeonato, la de la salvación tras la vuelta, etc.) y tras sacar 1 punto de los últimos 9 y 3 de los últimos 33, Banfield consumó la seudohazaña de irse al descenso directo aún con una campaña de campeón contando en su promedio. Las últimas fechas fueron más de lo mismo, con un equipo en pésima forma, derrumbándose totalmente ante cada gol rival, sin respuestas en ofensiva y cometiendo errores infantiles en defensa. Gracias a los buenos resultados conseguidos por el resto de los competidores en la lucha por evitar el descenso, un equipo derrumbado que tenía destino seguro de Promoción (y con la seguridad de perderla en el caso de que se la hubiese disputado) se fue un poquito más abajo y terminó el torneo en el decimonoveno puesto de los Promedios. Repasemos a continuación lo acontecido en las fatales tres últimas fechas de torneo.

Fecha 17:
Con la presencia de quien esto escribe en la tribuna local tras unas cuantas fechas, un golpeadísimo Banfield recibía nada menos que al puntero Boca, en lo que se preveía iba a ser otro partido perdible como la mayoría de los anteriores. Esta tendencia derrotista se acentuó mucho más cuando a los 3' el juez expulsó a Rodrigo Pepe por una fuerte infracción en mitad de cancha sobre el 8 rival. Sin embargo, la diferencia numérica en favor del conjunto visitante jamás se notó dentro del campo de juego, y el trámite del primer tiempo se hizo parejo y aburrido. Banfield contó con la primera ocasión de gol tras un pase hacia atrás mal dado del 6 auriazul que le cayó a Achucarro, quien en vez de definir optó por el pase atrás que no prosperó. Boca respondió a los 20' con un buen cabezazo del ovacionado Darío Cvitanich que tapó muy bien sobre el palo el Laucha, aunque estaba todo anulado por posición adelantada, y luego a los 30' tras un córner, con un golpe de cabeza débil del mencionado delantero que llegó fácilmente a las manos del arquero. Boca dominaba las acciones, y un minuto más tarde Alayes debió reventar en el área chica una pelota bajada por el también ovacionado Santiago Silva. Ya llegando al final de la etapa, Boca contó con la chance más clara del partido. Un tiro libre mal ejecutado por Riquelme dio en la barrera, pero el rebote fue capitalizado por Erviti, quien lanzó un tiro rasante y esquinado que entre el Laucha y Dos Santos pudieron frenar; la pelota le quedó boyando en el área chica al 6 rival, quien definió de la única manera posible para que el remate no terminara en gol. Así se fue la primera parte, con un Banfield defensivo pero concentrado y supliendo bien el hombre de menos, y un Boca que jugaba el partido al trotecito sin preocuparse demasiado, como dando por descontado que tarde o temprano el gol iba a caer por decantación.
Comenzó el segundo tiempo, y al minuto y medio, antes de que pudieran siquiera acomodarse en la cancha, llegó la gran sorpresa: tiro libre desde la izquierda ejecutado por Acevedo, peinada en el primer palo de Alayes y a cobrar. 1-0 se ponía la cosa, y la parcialidad local soñaba con un triunfo épico sobre los odiados rivales. Aunque ese sueño duró poco ya que tres minutos más tarde, Eluchans perdió una pelota sobre el lateral con Cvitanich, quien envió un centro al corazón del área para que Ladino ña enviara al fondo de la red local con un cabezazo impecable al segundo palo. Un gol en contra dejaba el partido nivelado, y la sensación inminente que merodeaba en la atmósfera era que en cualquier momento nos embocaban el segundo y nos llenaban la canasta. Sin embargo, nada de eso pasó, porque Boca continuó atacando sin ganas y el partido se fue diluyendo en la intrascendencia. A los 55', un remate de Silva desde fuera del área encontró las seguras manos del Laucha; a los 65' un gol de Silva fue anulado por posición adelantada previa de Cvitanich; y luego a los 72' un centro de Sánchez Miño encontró a Cvitanich en inmejorable posición para marcar, pero el asistente levantó el banderín marcando offside y el delantero envió su remate por arriba del travesaño. La única mínima aproximación del Taladro en toda la segunda parte fue un desborde de Eluchans con centro al área chica que despejó el 2 bostero. El partido se diluía en una atmósfera con olor a empate arreglado, pero no iba a terminar sin sufrir un poco más. A los 85' Riquelme recibió un rebote en la puerta del área, pero su disparo esquinado fue bien tapado por el Laucha, que de esta manera se convertía en la figura del partido. El pitazo final encontró a un Banfield defendiendo el empate en su propia área desesperadamente, y a un conjunto visitante tranquilo, atacando pero sin muchas ganas, casi conformándose con el empate. Fue final entonces, Banfield mostró amor propio y huevos para bancar la parada con un hombre menos frente a un rival a priori superior, pero que nunca encaró el partido con la suficiente seriedad ni ganas como para plasmar esa superioridad en el marcador.

Fecha 18:
Banfield visitaba Córdoba revitalizado por el empate en la fecha anterior, y debía enfrentar a un Belgrano que no jugaba por nada. Desde el mismo arranque se puso buena la cosa, porque tras el saque inicial se vino un bochazo largo desde nuestro mediocampo que le cayó a De Souza, quien libre de marca bajó el pelotazo adentro del área y la mandó a guardar al primer palo. A los 15 segundos de partido Banfield ya se ponía en ventaja, y el partido pintaba más que prometedor. Mientras tanto, afuera de la cancha, quien esto escribe oía los gritos de gol mientras esperaba para ingresar sin entrada, fiel a su historia de desastres y falta de organización. El conjunto celeste respondió a los 4' con un cabezazo del 9 que dio en el poste, lo cual ocurrió al tiempo que este servidor lograba ingresar finalmente a la tribuna sin pagar. El partido era entretenido por momentos, y los corazones banfileños se paralizaron cuando a los 6', a la salida de un córner, Eluchans empalmó de volea un furibundo zurdazo, pero su disparo se fue apenas por encima del travesaño. El conjunto albiverde aguantaba con tranquilidad sin necesidad de refugiarse demasiado atrás, y los locales parecían confundidos y ahogados por la presión rival en mitad de cancha. Sin embargo, un par de ajustes realizados por el técnico local motivó que el conjunto celeste comenzara a dominar las acciones, y logró disponer de un par de chances de peligro. A los 22', el 10 recibió en la puerta del área libre de marca y remató desviado; luego, a los 27', un muy buen centro del 11 desde la izquierda no llegó a ser conectado por el mencionado delantero moreno. Banfield respondió a los 37' con un tiro libre de Acevedo que se fue por el primer palo, pero la cancha cada vez se inclinaba más para el lado local y eso pronto se tradujo en el marcador. A los 39', el 8 local se escapó por derecha y envió un centro muy pasado para el negro 10, quien la bajó hacia el medio del área; el 11 la dejó pasar desairando a Dos Santos para dejarle el camino allanado al 9 que venía entrando sin marcas, quien de primera remató rasante para dejar sin chances al Laucha y estampar el empate. Así se fue el primer tiempo, con un Banfield que no había jugado mal, pero que por momentos se había visto superado por el rival. Definitivamente no era para festejar el hecho de que por una desatención en las marcas se desperdiciara la chance de mantener la ventaja tempranera, pero lo cierto es que un empate no venía nada mal para nuestras aspiraciones.
El segundo tiempo empezó muy mal, ya que Banfield se paró decididamente atrás y Belgrano aprovechó eso para volcarse totalmente en ataque. Ya a los dos minutos de comenzada la etapa el Laucha debió esforzarse para mandar al córner un remate bajo del 9 tras un centro desde la derecha, aunque Banfield respondió con un par de centros que no pudieron ser conectados con precisión por el Chucky. El partido se hizo parejo, pero el Taladro seguía parado bastante atrás, y lo pagó muy caro cuando a los 65' comenzó el principio del fin. Un centro precioso del 4 celeste desde la derecha encontró por el segundo palo sin marca a un delantero local recientemente ingresado, quien le ganó la espalda a Ladino y cabeceó cruzado para mandarla al fondo de la red. 1-2 y el panorama no era nada alentador teniendo en cuenta la solidez exhibida por el conjunto local y la baja de ánimo de nuestros jugadores. Mucho peor se puso el asunto cuando 40 segundos luego del segundo gol local, cayó el tercero después de que un precioso pelotazo a las espaldas de nuestros centrales fuera magníficamente definido de primera por el mencionado delantero que entró en el segundo tiempo para sustituir al 10 negro. La cosa se ponía 1-3, y en el ambiente había olor a partido liquidado. Y así fue nomás, porque el conjunto celeste puso el piloto automático, dejó correr los minutos y mandó al freezer al partido, mientras Banfield intentaba generar peligro con impotencia y falta de ideas, sin que sus pelotazos frontales causaran el más mínimo peligro para la valla local. De este modo se fue el partido, Banfield volvió a la senda de la derrota en un partido que empezó muy favorable pero que por errores propios y virtudes ajenas terminó con otra decepción más. No alcanzó con el aliento constante de la gente para levantar a un equipo desangelado que a falta de una fecha quedó inexorablemente en zona de Promoción.

Fecha 19:
Con el oído y la atención en otras canchas y los malos presagios sobrevolando el estadio, Banfield recibía a un (probablemente) incentivado Colón de Santa Fe. En el arranque del partido el Taladro estuvo a punto de abrir el marcador, pero el remate cruzado del Chucky fue increíblemente contenido por el portero visitante, quien luego también evitó el gol en el rebote. La suerte parecía no acompañar, y esto quedó evidenciado a los 10' cuando un error en el despeje de Guillermo posibilitó que, tras un remate y un rebote, el 5 rojinegro enviara la bola a la red tras un preciso y furibundo remate. Nuevamente las cosas se ponían negras para Banfield, que ahora se mostraba nervioso, impreciso y con la defensa bastante expuesta. Esto quedó evidenciado cuando a los 28' el 9' visitante se escapó solo por derecha y remató fuerte; el Laucha logró tapar el remate, pero el rebote le cayó infortunadamente de nuevo al delantero sabalero que la mandó de zurda al fondo del arco desguarnecido. 0-2 y sensación de partido liquidado, mucho más cuando un par de minutos más tarde un centro desde la derecha encontró otra vez al 9 rojinegro que la mandó a guardar con un remate cruzado de primera para estampar el 0-3 lapidario. Antes de que terminara el primer tiempo ocurrieron graves incidentes en la popular local, donde se lanzaron piedras al campo de juego y se insultó unánimemente a la comisión directiva. Tras una suspensión de 5 minutos, se reanudó el partido, y unos minutos más tarde los dos equipos se fueron al descanso con la obvia sensación de que la cosa estaba terminada. Tras el entretiempo el partido continuó como si nada, con Banfield atacando sin ideas (se lo perdió Chávez tras un zurdazo que se fue besando el palo derecho) y el rival replegado aguantando el resultado. Con un partido ya totalmente desnaturalizado y aburrido, promediando los 30' la violencia en la popular local se hizo indisimulable y el partido debió ser suspendido, y posteriormente dado por terminado. Por los resultados negativos en las otras canchas (San Lorenzo y Rafaela triunfaron en sus respectivos compromisos) el Taladro quedó condenado al 19° puesto de la tabla del descenso, y logra el triste récord de ser el primer equipo en irse al descenso con una campaña de campeón contando en su promedio.

Queda poco que no se haya dicho ya. Quizás podemos permitirnos, entre tanta tristeza, un poco de humor para decir que Banfield fue el único equipo de la historia en evadir el cruel sistema de los promedios, ya que pese a contabilizarse tres temporadas para calcular su coeficiente, descendió por culpa de una sola mala campaña, por lo cual aunque no hubiera existido el vigente sistema el resultado habría sido el mismo. Lo cierto es que, tras todos los malos tragos que se han venido sucediendo, hay razones para ver con un poco de optimismo el futuro: renunciaron tanto el director técnico como el mafioso presidente que hasta este fin de semana presidía nuestra noble institución, así como varios miembros importantes de la Comisión Directiva. Con un poco de suerte, se convocarán elecciones para dentro de algunas semanas, ganará una lista renovadora, honesta y ambiciosa, se contratará un técnico calificado y de renombre para la categoría y se armará un plantel acorde a ello, quizás no para un ascenso directo, pero sí por lo menos para evitar un doble descenso como en su momento sufrieron Ferro, Platense o Chicago. Lo pasado pisado, ahora hay que olvidar lo ya sucedido y enfocarse en hacer las cosas bien para que estas desgracias no vuelvan a ocurrir, y si es posible que se dé un rápido retorno a Primera, lugar que como los campeones que somos nos pertenece inapelablemente.